25 de mayo
El techo de su habitación necesitaba
una mano de pintura y quizá debería cambiar la lámpara que tenía en la pared.
Yunho llevaba diez minutos pensando en eso, recostado boca en su cama. Había
sido un buen día, el cliente había quedado satisfecho y le había ofrecido una
nueva campaña, Nix había contratado también sus servicios y Fex Airlines estaba
abriendo una licitación para su llegada al país. Todo parecía estar mejorando.
Salvo que Yunho llevaba ya dos semanas durmiendo menos de cuatro horas, eso era
un retroceso, pero no era necesario que los demás supieran.
El mes se le había hecho eterno y,
pese a que muchos lo felicitaban por su desempeño en las reuniones, Yunho ponía
en duda la calidad de su trabajo; no recordaba haber planeado con detenimiento
casi ninguna de las campañas, ni siquiera lo que habían hablado en las
reuniones. Su “modo automático” se había encendido en algún momento sin que se
diera cuenta y eso era preocupante.
Ho Joon lo había invitado a cenar un
par de vez en su casa, pero se negó, Yeon Hee sabría que ya estaba al tanto de
su situación apenas pasara por la puerta. Esa mujer era increíble.
Su mano comenzó a recorrer su
abdomen hasta llegar al elástico de su calzoncillo, dudó unos segundos al
sentirse como un quinceañero, pero incluso con esa idea en mente llegó hasta su
miembro. Cerró sus ojos y comenzó a recordar al chico del bar. Por alguna
razón, aquella experiencia era tan vívida y excitante pese al tiempo que había
pasado.
Su aroma, la calidez de su piel, lo
caliente de su boca y lo suave de sus labios. Se imaginó acorralándolo contra
la barra, besando y mordiendo sus labios mientras sus erecciones se frotan.
Escuchando como gime y sintiendo como su pulso se dispara bajo las manos con
las que él sujeta su cuello.
Yunho sintió como su miembro se
endurecía aún más, al mismo tiempo que el líquido pre seminal cubría por
completo su erección. El movimiento de su mano se hizo más rápido al recordar
la deliciosa fricción que el trasero del chico había hecho contra su pelvis
cuando se acomodaba en su regazo. Faltaba un poco para que acabara. Sus ojos se
cerraron con fuerza y un fuerte gemido salió de su boca. Entonces, la silueta
de Changmin dándole la espalda se paseó por su mente. Y él se vino con fuerza.
Jadeando ahora con la vista en el
techo el sentimiento de culpa lo abrazó.
¿Se estaba olvidando de él?
Sintió un vacío en la garganta.
Adelante! No lo abandones!!!
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