A simple vista

”A todos los pasajeros, favor de prestar atención con la separación…”

- del vagón con el anden – terminó Changmin en voz alta. La chica a su lado lo miró de reojo. Permitieron bajar a un par de personas y luego, como siempre hacían a las ocho de la noche, entraron al vagón en busca de un asiento libre.

Changmin se sentó frente a la ventana, mirando a través de ella a la gente. No importaba el día, temporada u hora, en que abordara, las personas a su alrededor se veía más muertas que vivas, atrapadas en la rutina; no le gustaba verlo.

Dirigió su mirada hacia el asiento donde estaba la chica que había entrado junto a él. Ella, con pulcra vestimenta, llevaba consigo un montón del bolsas, algunas eran de grandes tiendas y otras que se entregaban en pequeños puestos. No le extrañaba, sin embargo, le parecía curioso como cada articulo dentro de ellas eran, aparentemente, para mujer. Todos del mismo estilo.

- soltera – susurró, apartando la vista. Changmin hizo una mueca. Cada detalle le daba a entender que la chica más que fanática de la moda le encantaba comprar, y lo hacia con frecuencia; la ropa que llevaba en ese momento parecía ser nueva también.

<No duraríamos más de tres semanas> pensó, segundos antes de que el vagón se detuviera. Faltaban seis estaciones para que él se bajase.< Estoy aburrido>

Concentró su atención en el chico que, después de pisarle el pie, se acomodó en el espacio vacío a su lado, con las piernas por completo abiertas, sin importarle que ahora él estaba incómodo. Irritado, Changmin también abrió sus piernas.

<Ni siquiera una tarde> reflexionó, mientras hacia más fuerza.

Changmin llevaba años con esa costumbre, no sabría decir porque lo hacía, sólo que un día comenzó a analizar a la gente a su alrededor y se imaginaba como sería tener una relación con ellos, no importaba el género o la edad, él sólo creaba una vida paralela en su mente donde compartía con esa persona. Nunca ha encontrado una que encaje con él.

El vagón se detuvo nuevamente. Changmin se puso de pie. En esa estación solía entrar una gran cantidad de personas y no estaba de ánimo para aguantar el bolso de alguien golpeando su cara, no ese día. Un pequeño movimiento y comenzaron a avanzar hacia la siguiente estación. Changmin sonrió al ver como alguien había golpeado sin querer el rostro del chico que había estado junto a él hace unos minutos.

Su celular comenzó a sonar. Con algunas dificultades, sacó el aparato del bolsillo izquierdo de su pantalón.

- ¿qué?

- ¿mal día?

- sólo habla – dijo, completamente hastiado. El ruido del metro solía tapar sus orejas.   

- ¿te falta mucho para llegar?

- un par de estaciones – contestó, mirando el mapa -  ¿por qué?

- quería saber, te estamos esperando. Compré un vino nuevo.

- nos vemos – cortó la llamada. La verdad era que no estaba de ánimo para juntarse con sus amigos. Changmin suspiró, su cabeza había comenzando a doler.

”… permita bajar antes de subir”

Aprovechó que la gente abandonaba el vagón para pararse frente a la puerta y apoyarse su cabeza contra la pared. Cerró sus ojos mientras el clásico sonido de partida llegaba a sus oídos. Escuchó unas fuertes y rápidas pisadas provenientes de entrada, sería alguien que apenas habría alcanzado a subir. Abrió sus ojos. El vagón no se había vaciado por completo, sin embargo, sólo había un chico, sin contarse a si mismo, parado.

Le examinó detenidamente. Era tan alto como él, tal vez un poco menos; tenía una tez morena, cabello desordenado, labios pequeños y una nariz perfilada. Sus ojos eran marrones y poseían un brillo ligeramente infantil, a pesar de que su postura le hacia parecer una persona bastante madura. No vestía formal, pero el enorme bolso que traía consigo parecía ser el de un ejecutivo o algo similar; quizás no era de él.

El chico miró el mapa dibujado sobre la cabeza de Changmin buscando una estación en especial y luego sonrió, pero volvió mirarlo y contó nuevamente esta vez marcando cada parada con sus dedos. Changmin ahogó una risa y miró hacia los asientos cerca de él, todos estaban ocupados.

El chico hizo un ruido extraño que le hizo fijarse en él otra vez. Había dejado caer su cuerpo al suelo y sacado un montón de papeles del maletín, los leía una y otra vez, después buscaba otro y volvía a los anteriores. Por dos estaciones se dedico a eso. Changmin lo veía hacer caras chistosas de vez en cuando.  

Faltaba poco para llegar a la siguiente estación, el mensaje del conductor a sólo unos metros de ella pareció traerlo a la realidad. Changmin le vio tomar los papeles con rapidez y meterlos en el maletín sin mucho cuidado. Las puertas se abrieron y él salió.

Changmin regresó la mirada hacia el lugar donde este había estado encontrándose con unos cuantos papeles esparcidos debajo del primer asiento. Fue a recogerlos antes de que alguien entrara y los pisara.

- Jung Yunho – leyó en el encabezado – día de entrega de la tesis… ¡¿hoy?! – decía una pequeña nota pegada en la esquina superior.

Changmin avanzó hasta la salida con la intención de abandonar el vagón antes de que las puertas se cerrarán, y sin duda lo habría hecho si esa señora de polo rojo no hubiese entrado a última hora, empujándolo hacia dentro.  

- ¡maldición! – exclamó, sin poder evitar mirar a aquella mujer de manera acusadora. Regresó su vista al frente, un poco más allá, cerca de la escalera, vio al chico moreno revisar algo en su maletín y golpear su frente con su mano. Este corrió hacia el andén.

Changmin agitó los papeles tratando de llamar su atención, y cuando lo consiguió, le indicó que se bajarían en la próxima estación. El chico había sonreído y asentido energéticamente. Esa reacción lo descolocó un poco.

- no deberías estar tan feliz – dijo, mientras el metro se ponía en marcha.

Changmin se bajó en la siguiente estación, buscó unos asientos libres y esperó. Cinco minutos después Yunho apareció en la estación, miraba en todas direcciones, buscándolo. Se puso de pie para que lo viera.

- gracias por ayudarme – le dijo Yunho con una enorme sonrisa – no se que haría sin estos papeles

- ¿no tienes una copia?

- no – contestó, rascándose la sien. Yunho guardó sus papeles en el maletín, asegurándose dos veces que estos estaban dentro. - ¿qué es tan gracioso?

- nada

- te debo una – dijo, comenzando a caminar hacia el cambio de anden.

- ¿cómo me la pagarás?

-… te invitó una cerveza

- ¿cuando?

- acompáñame a dejar mi tesis y luego iremos a beber.

En menos de dos segundos la mente de Changmin recreo toda una vida juntos. Primero estaban los papeles en el piso y su torpe forma de retener información. Casi podía verlo. Él, parado en el marco de una habitación totalmente desordenada mirando a Yunho que estaba sentado en medio de todo, con una enorme bolsa en su mano y el entrecejo fruncido.

Después, lo despistado que este era. De nuevo esta él, parado esta vez contra una pared viendo como Yunho revolvía toda la sala de estar en busca de su celular con media sonrisa en el rostro sin resultado, este se le acerca y le pide que llame a su teléfono, Changmin lo hace; su celular suena desde su bolsillo y su cara enrojece.  

Para terminar estaba ese optimismo y aquella mirada. En esa ocasión él está sentado sobre su cama y Yunho es quién lo mira desde la puerta, se le acerca a paso lento y toma su mano mientras susurra un todo estará bien en su oído, luego se aparta de Changmin para mirarle fijamente y sus ojos son los que terminan de sellar esa promesa; él lo cumpliría, de eso podía estar seguro.

- ¿qué dices?

- voy contigo – sonrió.

<Para siempre> pensó, antes de comenzar a caminar a su lado.