Simplemente amor MAYO

25 de mayo

El techo de su habitación necesitaba una mano de pintura y quizá debería cambiar la lámpara que tenía en la pared. Yunho llevaba diez minutos pensando en eso, recostado boca en su cama. Había sido un buen día, el cliente había quedado satisfecho y le había ofrecido una nueva campaña, Nix había contratado también sus servicios y Fex Airlines estaba abriendo una licitación para su llegada al país. Todo parecía estar mejorando. Salvo que Yunho llevaba ya dos semanas durmiendo menos de cuatro horas, eso era un retroceso, pero no era necesario que los demás supieran.

El mes se le había hecho eterno y, pese a que muchos lo felicitaban por su desempeño en las reuniones, Yunho ponía en duda la calidad de su trabajo; no recordaba haber planeado con detenimiento casi ninguna de las campañas, ni siquiera lo que habían hablado en las reuniones. Su “modo automático” se había encendido en algún momento sin que se diera cuenta y eso era preocupante.

Ho Joon lo había invitado a cenar un par de vez en su casa, pero se negó, Yeon Hee sabría que ya estaba al tanto de su situación apenas pasara por la puerta. Esa mujer era increíble.  

Su mano comenzó a recorrer su abdomen hasta llegar al elástico de su calzoncillo, dudó unos segundos al sentirse como un quinceañero, pero incluso con esa idea en mente llegó hasta su miembro. Cerró sus ojos y comenzó a recordar al chico del bar. Por alguna razón, aquella experiencia era tan vívida y excitante pese al tiempo que había pasado.

Su aroma, la calidez de su piel, lo caliente de su boca y lo suave de sus labios. Se imaginó acorralándolo contra la barra, besando y mordiendo sus labios mientras sus erecciones se frotan. Escuchando como gime y sintiendo como su pulso se dispara bajo las manos con las que él sujeta su cuello.

Yunho sintió como su miembro se endurecía aún más, al mismo tiempo que el líquido pre seminal cubría por completo su erección. El movimiento de su mano se hizo más rápido al recordar la deliciosa fricción que el trasero del chico había hecho contra su pelvis cuando se acomodaba en su regazo. Faltaba un poco para que acabara. Sus ojos se cerraron con fuerza y un fuerte gemido salió de su boca. Entonces, la silueta de Changmin dándole la espalda se paseó por su mente. Y él se vino con fuerza.

Jadeando ahora con la vista en el techo el sentimiento de culpa lo abrazó.

¿Se estaba olvidando de él?


Sintió un vacío en la garganta. 

Simplemente amor ABRIL

17 de abril

Llevó sus manos a su rostro para que nadie viera lo estresado que estaba, pero sabía que aquel gesto era revelador. Tenía un montón de papeles que revisar antes de presentar la campaña de ese mes y otro montón con los detalles de la campaña para el mes que viene, así mismo debía entregar un informe de rendimiento de cada miembro del personal contratado. No podía más.

-Señor Jung – dijo un pasante desde la puerta -, RTS llamó para adelantar la reunión. Quieren que sea este viernes.
-Entiendo, gracias.

Él lo miró preocupado, pero no dijo nada. Yunho ya se había acostumbrado a que sus compañeros de trabajo lo mirasen así, como si tuvieran miedo de que de repente explotara. Incluso Ho Joon tenía un ojo sobre él todo el tiempo. Sabía que se veía acabado, pero no todo era culpa del trabajo.

Se levantó de su asiento y caminó hacia el ventanal para mirar a la calle. En ocasiones eso lograba liberar su mente y recargarlo, saber que no era la única persona corriendo de un lado a otro en vez de estar durmiendo o bebiendo un buen café.

Dirigió su vista hacia la interjección con la calle principal, en esa dirección estaba el bar de aquel chico. No se había atrevido a volver. No después de haber evitado que se fuera de su lado con nada de cortesía, a menos que levantarlo y apresarlo contra la barra antes de besarlo con desesperación se pueda considerar así. Todavía podía sentir en la boca su sabor, lo caliente de su interior y lo bien que encajaba con la de él.

-¿Qué haces? – se sobresaltó al escuchar a Ho Joon. – Llevas ahí como una hora.
-Solo he estado aquí… - miró su reloj – como una hora. Genial. Perdí un tiempo valioso.
- Relájate. Has estado más desconcentrado últimamente. ¿Todo va bien?
- Estamos haciendo todo lo que podemos, pero mi cabeza me está empezando a jugar sucio. – confesó Yunho. - Lo arreglaré.

Y ahí está otra vez esa sonrisa de preocupación en el rostro de Ho Joon.

-¿Cómo vas tú?
- Yo trabajo cuando tu terminas una campaña – recordó -, no estoy haciendo nada, salva hacer un seguimiento de la anterior. ¿Quieres una mano?
-Claro. Puedes ayudarme a revisar si el nuevo presupuesto que me entregaron concuerda con lo que planifique. – dijo, colocando un montón de papeles al otro lado de su enorme escritorio. – Puedes hacerlo aquí. Ten, esta es mi libreta de apuntes.

Ho Joon comenzó a revisar todo en silencio, rascando la parte detrás de su oreja cada tanto sin parecer consciente de ello. Estaba demasiado callado. Sin embargo, Yunho fingió no notarlo para dejar que se relajara antes de comenzar con un sutil interrogatorio. Después de todo, él aún tenía muchas cosas que hacer.

-Escuché que Nixen espera ver el próximo comercial para contratarnos – comentó Ho Joon, mirando los papeles. –. Creo que para promocionar la inauguración de su nueva cadena de hoteles o algo así.

Genial, más presión, pensó Yunho.

-¿Yunho?
- ah
- ¿Qué opinas? ¿Conseguiremos ese trabajo?
- Claro, solo hay que trabajar más.

Silencio.

-Te pasa algo – aseguró, alejando los papeles de Ho Joon bruscamente. –. Dímelo.
- No pasa nada.
- Le preguntaré a Yeon Hee si no me dices.
- No – se apresuró a decir.
-¿Es sobre ella? ¿Tiene algún problema?

Ho Joon bufó con fuerza y refregó sus manos contra su rostro con demasiada fuerza antes de acomodarse en su asiento. De un segundo a otro, apareció un hombre a punto de quebrarse frente a sus ojos. Yunho se congeló. La última vez que vio a su amigo así fue cuando su padre falleció en un accidente automovilístico años atrás; le tomó meses sacarlo de casa, pero poco después Yeon Hee apareció en su vida y todo mejoró. Ahora Yunho temía la respuesta.

-Está embarazada.
-Eso e…
-Es un embarazo de alto riesgo – levantó su vista para encontrarse con la de Yunho -. Si no la cuido como se debe, el bebé puede morir antes de nacer. Y si sobrevive hasta el parto, los puedo perder a ambos – su voz se ahogó en el comienzo de su llanto-. Además, no sabremos si será un bebé sano… No sé qué hacer…
-¿Po-por qué no me lo dijiste? – logró preguntar Yunho.
- Yeon Hee creyó que te estresaría aún más – su sonrisa parecía más una mueca. - ¿No es un ángel?
- Lo es… - rodeó el escritorio en silencio y se detuvo frente a él. – Joon, haré todo lo posible por sacar a esta empresa adelante. No te preocupes. Conseguiré más clientes, seremos mejores que antes, lograré que te suba el sueldo… Lo hará, lo juro.
- Ahora entiendo por qué no quería decírtelo… - Yunho lo miró confundido- Esta no es tu guerra, pero ya la hiciste tuya.
- Lo hago por mis amigos y el bebé de mis amigos, ¿Cuál es el problema? Siempre fui así.
- Lo sé…gracias – dijo poniéndose de pie y abrazándolo -. No le digas a Yeon Hee que te lo dije.
- No lo haré – respondió Yunho en su oído y lo abrazó con más fuerza, entendiendo como la crisis de la compañía estaba poniendo más peso sobre los hombres de Jo Hoon. – Si alguna vez necesitas dinero, no dudes en pedírmelo, soy soltero y no tengo grandes gastos.
-…Serás su padrino.
- Por supuesto, lo sería aunque no me lo pidieras – bromeó. – Vuelve a casa. Le diré al director que me estás haciendo un favor en alguna empresa. Es lo bueno de tener poco personal.
- Gracias – dijo Joon, antes de golpear su espalda y terminar el abrazo.

Yunho lo vio salir de su oficina y caminar hasta el ascensor. Se dio cuenta que todo su equipo fingió no presenciar lo ocurrido detrás de los cristal y se los agradeció internamente. Lo que menos quería ahora era tener que lidiar con chismes.

La imagen del chico del bar respirando pesadamente contra boca cruzó su mente, pero la alejó lo más rápido que pudo. No era el momento. Ho Joon era prioridad. Él estaba ahí, no su Changmin, ni menos un chico que se parecía a él.


Siguiente

Simplemente amor MARZO

23 de Marzo

Era la primera vez que iba a ese lugar. Un “bar para adultos” como había dicho Greg tras cerrar la primera campaña, un lugar donde se pasa un buen rato y ya, en completo anonimato. Había decidido ir porque parecía necesitar un momento de relajo pese a que todo había salido bien, apenas bien, pero bien al fin y al cabo. El lugar no estaba repleto de gente y la música no era tan ruidosa como él había esperado, esto sin duda ayudó a que se soltara un poco. Se acercó a la barra donde un hombre de más de cuarenta lo atendió. Pese a haber apenas otros dos hombres más en la barra, el cantinero no intentó iniciar una charla con él. Si Yunho hubiese pensado que eso pasaría habría ido con Ho Joon. No le gusta estar en lugares donde no conoce a nadie.

-Hey – escuchó a su lado. –, es tu primera vez aquí, ¿No es así? Charlie nunca habla con nadie y Minho no ha venido a trabajar hoy.

Yunho miró al hombre a su lado, este no parecía estar ebrio y mucho menos drogados. Sonrió antes de comenzar a charlar con él sobre cosas sin importancia, después de todo, solo lo vería en esa ocasión.

-El show ya va a comenzar – anunció su acompañante con una sonrisa, mientras dejaba de lado su trago. -. Te encantará.

Antes de que Yunho pudiese procesar lo que le había dicho, las luces del lugar se volvieron azules, un azul oscuro bastante exótico. Comenzó a sonar una versión de Ace de Taemin que él nunca había escuchado, mucho más sexy que la original. Varias mujeres salieron desde quién saber dónde y comenzaron a bailar en medio del lugar, todas mirando hacia distintas direcciones.

Entonces, un chico se colocó en el centro. Vestía unos pantalones negros holgados, una camisa blanca con solo los últimos botones abrochados y tenía una máscara que cubría la mitad superior de su rostro. Las mujeres tocaban sus piernas y subían hasta su ingle siguiendo el ritmo de la música. Él solo inclinaba la cabeza hacia los lados o la movía hacia atrás tocando las manos de ellas de vez en cuando. Yunho lograba ver bien su rostro, solo su perfil, pero le parecía atractivo. Era tan alto como él, mas su contextura era un poco más delgada que la suya y, a pesar de las luces, podía notar la palidez de su piel. Era erótico.

-La chica de la izquierda es ardiente – comentó el hombre a su lado. Yunho quitó la vista del chico y revisó el lugar rápidamente; todos los presentes eran hombres. – No te preocupes, los chicos de las performance desaparecen si no hay mujeres o gays en el público.

Si hace unos momentos estaba cómodo hablando con ese sujeto, ya no era el caso. No sabría decir si el alcohol estaba haciendo efecto en él o la excitación mezclada con este estaba sacando su verdadera personalidad a flote.

Regresó su vista al chico en el centro y notó como una de las mujeres apretó disimuladamente su tobillo y este se movió, quedando de cara a Yunho. La mujer se acercó a su oído como parte del baile y fue ahí cuando Yunho creyó ver una mueca en sus labios. Las mujeres comenzaron a sacarle la camisa. Sus músculos no eran marcados, pero tampoco eran inexistentes. Cuando finalmente quedó sin esta, sus ojos se encontraron por unos segundos antes de que el chico continuara barriendo con la mirada al resto de los hombres en el lugar. Yunho se volteó en busca de su trago, su garganta se había secado de un momento a otro.

Apagaron las luces y la música se detuvo. Él se congeló en su lugar. Cerró sus ojos e intentó escuchar lo que sucedía a su alrededor, pero lo único que su cerebro percibía era sus propios latidos en sus oídos. Los abrió y notó, gracias a la poca luz que todavía podía percibir, como el hombre a su lado se alejó y como Charlie se colocó al otro extremo de la barra. Tragó duro cuando sintió algo blando y caliente tocar parte de sus brazos y torso al mismo tiempo. Un olor distinto al de los tragos inundó su nariz, era una mezcla entre un desodorante suave y sudor… el aroma de un hombre. Al alejar su cuerpo de la barra descubrió dos cosas. La primera, era que sí, se trataba de un hombre. Y la segunda, ese hombre estaba sentado sobre la barra y sus piernas estaban a los costados de su regazo.

Entonces, la luz azul volvió y el chico sin camisa frente a él le sonrió al tiempo que se inclinaba hacia atrás y apoyaba su cuerpo en sus codos. Yunho tenía la entrepierna del chico a escasos centímetros de su rostro, casi a la misma distancia que el trago en su mano. Miró de reojo al resto de las personas; la mayoría de las bailarinas estaban conversando con más de un hombre, ninguna de ellas estaba tan cerca de uno como lo estaba el chico frente a él. Levantó la vista y se encontró con su mirada y, contrario a lo que esperaba, los ojos del chico no reflejaban lujuria alguna, más bien nerviosismo. Yunho no entendía que pasaba.

El chico apartó sus ojos. Tentando un poco la suerte, Yunho alejó su trago y llevó su mano ahora libre al costado externo de sus muslos. El chico tembló ligeramente, pero sus ojos estaban fijos en algún punto detrás de él. Curioso, intentó ver a través de los espejos decorativos del bar de qué se trataba. Un hombre. Había un nombre a sus espaldas, no sabía si los miraba o no, porque la imagen tenía una distorsión, pero era un hombre lo que veía. Llevó su otra mano a la cadera del chico y este volteó a verlo, tragando duro; la forma en que su manzana de Adán se movió fue exquisita a sus ojos.

-¿Estás bien? – su voz sonó más grave de lo que hubiera esperado.

El chico se relajó notoriamente al notar que sus toques no tenían otra intención, pero no le respondió, solo lo miró hasta que un movimiento a su espalda hizo que mirara de reojo, para luego centrarse de nuevo en Yunho.

Su máscara se corrió y Yunho llevó mano derecha a su rostro para mantenerla en su lugar. Los labios del chico tiritaron y se entreabrieron. La posición en la que se encontraban ahora ya no era tan inocente, no cuando tenía las piernas del chico casi rodeando su cintura y él estaba inclinado ligeramente sobre su cuerpo, mientras el de este intentaba.

Se escuchó una silla caer contra el suelo a su espalda. Miró nuevamente a través del espejo y vio que el hombre se había puesto de pie. El chico tembló en sus manos. Casi sin darse cuenta, Yunho se acomodó en su asiento y lo atrajo contra su cuerpo, haciendo que quedara sentado a horcajadas sobre él y sus rostros a solo unos centímetros. El chico se dejó hacer, no sin antes soltar un gemido de sorpresa.

-Traquilo – susurró Yunho con los ojos fijos en el espejo. Podía sentir la respiración acelerada de este en su cuello.

El hombre hizo un amago de caminar hacia ellos, pero se detuvo. Yunho sintió al chico moverse sobre su regazo en un intento por alejarse. Sin embargo, él no lo dejó, es más, lo rodeo con sus brazos y escondió su rostro en el cuello de este. Sabía que no era la mejor idea, ahora el chico tenía su cara mirando libremente hacia el tipo que parecía intimidarlo, pero le fue imposible alejarse de él.

Se parecía a su Changmin. Su cabeza le decía que era imposible saberlo, no lo había visto en años, pero la altura, el tono de la piel y la contextura física del chico en sus brazos era muy similar. Y la sola semejanza entre ellos lo hacía aferrarse a él.

El chico movió sus piernas en un intento de acomodarse sobre su regazo, mientras inclinaba su cabeza hacia un lado haciendo que el rostro de Yunho cayera sobre la piel de su cuello. Cuando pareció encontrar una buena posición, llevó uno de sus manos a la espalda de Yunho y dio unas suaves palmaditas. Creyendo, seguramente, que estaba sobre un hombre ya totalmente borracho ya que no se había movido ni un centímetro, no era algo muy raro de ver. Pero ese no era el caso. Yunho no se atrevía a moverse por miedo a lanzarse sobre el chico, dudaba de su autocontrol a esas alturas.

-Hey – dijo casi en susurro, comenzando a recorrer su espalda con sus manos. Movimientos suaves, tímidos e inseguros que parecieron terminar con la paciencia del sujeto tras ellos.

Yunho lo observó de inmediato a través del espejo. Podía sentir al chico buscar a ciegas algo debajo de la barra para golpear al hombre, pero sus brazos limitaban sus movimientos. Yunho pasó su trago de una mano a otra detrás del chico y esperó a que el hombre estuviera a unos pasos de él. Sintió las piernas del chico aferrarse a su cintura con fuerza. Con su mano izquierda le lanzó el vaso para que cerrara los ojos un momento y cuando lo hizo, agarró su nuca y la estrelló contra la barra.

-Nosotros nos encargamos – dijo uno de los guardias sujetando su hombro. – Lamentamos el incidente.
- Tú otra vez – se quejó su compañero, mientras inmovilizaba al casi inconsciente sujeto. Yunho observó como todos parecía mirar con cierto temor, ¿Lo miraban así a él o a los hombres a su lado?
-¿Todo bien? – le preguntó el primer guardia al chico, mirándolo fijamente. Este asintió con la cabeza casi de forma imperceptible, pero fue suficiente para que los guardias se marcharan.

Yunho se dio cuenta que el chico parecía evitar su mirada, es más, no parecía querer moverse. Entonces, se dio cuenta de que nada lo separaba del chico, literalmente. Su pelvis se enterraba sin disimulo en la del chico gracias a la posición en la que este se encontraba, su cuerpo se mantenía contra la barra debido a que Yunho lo sostenía de la cintura con su brazo derecho. Lo había levantado.

-Lo siento – se disculpó sin alejarse.

Solo unos segundos más, pensó.

-Yo debería agradecerte – dijo el chico, mientras se apoyaba en la barra para incorporarse. Sus piernas dejaron su cintura lentamente y se dejó caer por el borde del mesón, rozando su erección con la suya hasta que sus pies tocaron el suelo. Yunho no se movió y él no lo alejó como había esperado. Solo se quedaron parados, respirando pesadamente.


Yunho no dejaba de mirar sus labios.


Simplemente amor FEBRERO

5 de febrero
  
La noticia de la inminente quiebra de la empresa estaba por todos lados. Yunho no pudo evitar pensar que esa era una de las razones por las que los candidatos no se presentaban a las entrevistas. Entendía su actuar, por supuesto que lo hacía, todos quieren un trabajo en el que puedan escalar y proyectarse en el tiempo. Sin embargo, aquello no facilitaba las cosas para él.

-¿Llegaron los candidatos? – le preguntó a la recepcionistas.
- Sí, lo están esperando – respondió ella con una sonrisa. – Dejé los CV que entregaron en la recepción principal en su escritorio. Al parecer, hay personas interesadas en trabajar aquí aún.
-Eso espero. Gracias, Irene, por todo.
-No hay problema.

Podía sentir como sus piernas amenazaban con dejar de sostener su cuerpo a cada paso que daba. En sus manos tenía los CV de las personas a las que él mismo había citado la tarde anterior. La mayoría era recién titulados, algunos autónomos, otros aún eran estudiantes y uno que otro era jubilado, pero tenía la esperanza de encontrar a especialistas en marketing digital, ilustración, diseño y gestión de eventos para las campañas en las que trabajaría a partir de marzo.

-Buenos días – saludó con una sonrisa cortés. – Los entrevistaré en el orden en que mandaron su CV.
- ¿Nos dirá si quedamos por correo? – preguntó un chico, no parecía tener más de veinte años.
- Sabrán la respuesta al terminar su entrevista- respondió, viendo como todos parecían estar feliz con su respuesta.-. Ordenaré los papeles en mi escritorio y comenzaré a llamar.

Entró en su oficina consiente de los ojos en su espalda, pero intentó ignorar el escalofrío que recorrió su cuerpo. Metió los CV que Irene había dejado sobre el escritorio en el primer cajón y fijó su vista en los que tenía en sus manos. Había seleccionado a personas con las que podría negociar su salario. Iba a funcionar.

-Kim Soo Jung –dijo desde el marco-, acompáñeme, por favor.

El hombre tenía unos sesenta y ocho años de edad y más de la mitad de ellos los pasó en una empresa de publicidad, era un buen elemento para la empresa sin duda y una gran ayuda para él, pero necesitaba ver cómo reaccionaría ante la situación antes de contratarlo. Para su suerte, el hombre solo quería tener algo que hacer y no le importó tener un sueldo mucho menor al que debería. “Cuente conmigo, soy bueno para las crisis”, le había dicho con una sonrisa tranquila y Yunho lo hizo.

-Lo llamaré para informarle cuando comienza –dijo estrechando su manos, antes de acompañarlo a la puerta.
-Será un placer, señor Jung.
-Lo mismo digo.

Uno menos, pensó ya más relajado.

-¿Kwon Tae Ri?


Yeon Hee se acomodó sobre las piernas de Ho Joon y le acarició el cabello antes de voltearse a verlo con una sonrisa comprensiva. Habían estado hablando sobre la situación de la empresa por más de dos horas y ella no los había detenido, pese a verse más cansada que en otras ocasiones. Yunho envidiaba a Ho Joon por tener una pareja así. Sin embargo, él sabía que Yeon Hee no escuchaba en silencio la plática por Ho Joon, lo hacía por él, porque no tenía con quien charla al respecto más que con el único amigo que tenía. Por esa razón, estaba agradecido con ella, pero al mismo tiempo se sentía apenado.

-Los que llevan menos de un año en la empresa han comenzado a enviar cv a otras compañías – dijo Ho Joon, no sin antes apretar la mano de Yeon Hee y dedicarle una sonrisa -. O eso dijo Dong Hae.
-¿Qué hay de los altos mandos? – preguntó ella.
- No les conviene renunciar – respondió Yunho. -. Al igual que nosotros, ellos perderían el dinero por los años trabajados. Esperaran a que los despidan.
- Entiendo… ¿Es posible salvar la empresa? – se atrevió a indagar Yeon Hee.
- Quizá – dijo Ho Joon con un tono neutro.
- Si conseguimos nuevos clientes a lo largo del año nos mantendremos a flote – aseguró Yunho, intentando entregarle algo de tranquilidad.
-Entiendo – murmuró ella antes de levantarse del regazo de su pareja. – Puedes quedarte a dormir hoy. Ya es muy tarde. – dijo mirándolo, mientras intentaba ahogar un bostezo. – Iré a la cama.
- Buenas noches.
- Iré en un momento.

Ambos la vieron caminar por el pasillo y perderse en una de las habitaciones. Permanecieron en silencio por unos minutos, cada uno sumido en sus propios pensamientos. Ho Joon miraba fijamente el vaso en su mano derecha y Yunho lo miraba a él. Parecía más preocupado que en otras ocasiones. Ho Joon había cambiado de trabajo más veces que Yunho y por distintas razones y nunca se mortificaba por eso, pero ahora era diferente y parecía querer ocultarle ese hecho.

-Ve con ella – se limitó a decir.
-Duerme – le ordenó, mientras se levantaba.

Buscó la libreta que ocupaba para trabajar apenas escuchó la puerta de cerrarse. Rápidamente, anotó algunas ideas que se le ocurrieron mientras hablaban. Tenía años de experiencia trabajando en más de una campaña publicitaria a la vez, pero en medio de todo eso no estaba seguro de si rendiría como siempre.


-No, no, no…mierda – dijo, tirando la libreta sobre la mesa de centro. 



Simplemente amor ENERO

Lunes 2 de enero

Las puertas del ascensor se abrieron en el piso 17. Yunho dio un par de pasos fuera de este y se detuvo frente a las enormes puertas de cristal que separaban la recepción del área de trabajo del departamento de publicidad, miró de reojo el mesón vacío a su derecha y suspiró; iba a ser el único en la oficina por las siguientes cinco horas – lo entiende, es el primer día laboral del año.

Empujó una de las puertas y caminó hasta su nuevo lugar de trabajo – la oficina con ventanales de cristal que se encuentra al otro extremo del piso, junto en el centro – Yunho entiende las ventajas de poder monitorear a cada uno de los trabajadores de su sección, y parte de las otras, con solo levantar la vista de la pantalla del computador, pero aún no se acostumbra a la carencia total de intimidad, especialmente cuando cualquier persona con un cargo igual o mayor al suyo entra a hablar con él.

Rodea su escritorio y se sienta apoyando su espalda, puede ver la oficina del jefe de ventas cerca de la entrada y se pregunta por qué la suya no tiene vidrios estilo espejos como la de él. Quizá también me están monitoreando, pensó, antes de centrarse en hojear los papeles sobre su escritorio.

- Tienes que estar bromeando – dijo molesto y en voz alta sin darse cuenta. No podían haber despedido a casi todo su equipo.

Miraba los nombres en la lista sin entender, los puestos que se mantuvieron intactos no intervenían en el proceso creativo de ninguna forma. A Yunho no le cabía en la cabeza cómo esperaban que hiciera su trabajo sin ayuda. Aún en shock, encendió su computador y empezó a escribir un correo pidiendo explicaciones a sus superiores. Sin embargo, antes de enviarlo optó por borrar el mensaje y averiguar por su cuenta antes de hacer algún movimiento frente a sus jefes, quienes claramente no tienen idea de cómo afecta todo aquello a la empresa.

Después de unos minutos en silencio, llamó a Ho Joon. Su reloj marcaba las nueve de la mañana, ya debía estar despierto.

-¿Yunho? – la voz de Yeon Hee se escuchó desde el otro lado.
- Lo lamento, ¿los desperté?
- No – ella rió -. ¡Feliz año nuevo! ¡oh! Ho Joon se está duchando.
- Feliz año para ustedes – una sonrisa se le escapó -. Necesito hablar con él, dile que me llamé cuando termine.
- ¿Trabajo?
-… sí
- Le diré – la voz de Yeon Hee siempre sonaba tan compresiva que Yunho no podía evitar sentirse agradecido con ella -. Ahora ve a tomar un café y despéjate un poco.
- Lo haré, gracias.

Regresó su vista a los papeles frente a él. Las ventas se redujeron por los comerciales de baja calidad que la empresa había producido, aquello era un hecho. Yunho personalmente había revisado cada comercial, había anotado cada error y tenía una idea general de cómo debía mejorarlos, pero sin ayuda no lo lograría. Revisó el presupuesto establecido para los gastos de su sección y vio que habían reducido el dinero a la mitad, lo que permitiría pagar el sueldo de cinco personas con él incluido y eso, en la práctica, quizás, le permitiría contratar a dos personas o a una a tiempo completo y dos de medio tiempo – tendría que considerar la opción de realizar prácticas para estudiantes si quería cubrir las temporadas difíciles.

Anotó sus ideas y las pegó en la pantalla del computador, luego escribió una pequeña nota para el jefe de ventas y caminó hasta la oficina de este. Cuando entró, se encontró con una carpeta similar a la suya en el escritorio, la abrió y se dio cuenta que su sección no era la única con cambios sorpresivos. Pegó la nota en la carpeta y salió de la oficina. Al parecer la empresa estaba pasando por una gran crisis y sus jefes no habían encontrado mejor forma de comunicárselos. Un atisbo de sonrisa irónica apareció en el rostro de Yunho antes de su celular sonara en su bolsillo.

- ¿Qué pasa?
- Han despedido a la mitad de los trabajadores – soltó sin más, mientras caminaba hasta el ventanal que daba a la calle.
- Sí, claro. Y soy Peter pan.
- Hablo enserio – dijo Yunho, mirando a las personas a lo lejos -. Hay carpetas  blancas con una gran sorpresa en los escritorios de todos los jefes, seguramente tú también tendrás una. ¿No sabías nada? ¿Un rumor o algo?
- No… - respondió Ho Joon, estaba en shock – hay que reunirnos con los demás jefes de sección y ver que hacemos. ¿Redujeron el presupuesto?
- Sí, por la mitad.
- Hablaré con Recursos Humanos, tendrían que habernos dicho que esto pasaría en diciembre – Yunho entendía la molestia en su voz - ¡tienen que avisar que no le iban a renovar contrato a tantas personas!
- Los deben haber despedido cuando estábamos haciendo las reuniones de cierre de año – supuso Yunho –. Ningún jefe estuvo en este edificio por una semana.
-De otra forma, esto sería ilegal… ¿por qué ocultarlo de esa forma?
- Lo único que se me ocurre es que era por los representantes de las marcas presentes en las reuniones – dijo Yunho, recordando los nombres en la lista de marcas -. No hay marcas nuevas este año y tampoco nuevos contratos, todo lo que tengo que publicitar fue pactado el año pasado.
- ¿Piensas que estamos yendo a la quiebra o algo así?
- … eso creo.
- ¡Demonios!... no vemos en la oficina, hablaré con los demás.
- De acuerdo.




Ace of Hearts CAPÍTULO 1


Yunho mira el parque que está a lo lejos, parado frente a la gigantesca ventana de su oficina, tiene sus manos entrelazadas y las largas líneas de su cuerpo lo hacen ver tenso.
-No sé si me gusta esta idea- dice. 
-Es una inversión sensata- dice su padre desde el sillón a su espalda. -Además, tú mismo lo dijiste, estás listo para el matrimonio.
-Papá, solo porque casarse con otro hombre es legal no quiere decir que deba hacerlo.
-No seas mojigato, hijo- El señor Jung se inclinó mientras un exasperado Yunho lo encaraba. -Las personas han utilizado el matrimonio para tener ganancias políticas y económicas por siglos; ya es hora de comenzar a utilizar los derechos de los gay para nuestra conveniencia. Además, no podría casar a tu hermana con él, porque ya está comprometida.
Yunho suelta un quejido mientras se desploma sobre la silla de cuero detrás de su escritorio. No puede creer lo que le está pasando. Él es un hombre importante y millonario, el CEO de una de las firmas de consultoría empresarial más grandes de Corea del Sur. Y, a pesar de todo, su padre está planeando casualmente cómo casarlo con un hombre que ni siquiera conoce.

-Sabía que era una mala idea dejar que me encontraras una pareja- Se quejó Yunho.
El señor Jung se levantó y, suspirando, se acercó al escritorio.
-Míralo como negocio. Por un lado, esto favorecerá enormemente a la Corporación Shim. Dongsik y yo hemos sido amigos por mucho tiempo y podrías ayudarlo ahora. Además, estás viendo cómo expandirte a otras industrias, qué mejor forma hay que adquirir uno de los mercados líderes en la manufacturación de acero.
Yunho miró a su padre con el ceño fruncido porque sabía que tenía razón. Si bien Yunho había construido su empresa por cuenta propia, el consejo de su padre siempre fue útil en temas de negocios, tenía un gran instinto y buenos contactos.
El señor Jung sonrió al verlo vacilar.
-Además, escuché que el chico de Dongsik es muy hermoso – comentó para animarlo.
-No me importan cuán hermoso sea. Dicen que es un mocoso consentido- dice Yunho. 
-Aún es joven – su padre mueve se mano para restarle importancia.
-Dijiste que tiene 26, es solo 4 años más joven que yo. A los 26 yo ya había hecho millones en ganancias.
-No todos pueden ser tan determinados y centrados como tú, hijo – el señor Jung palmeó su hombro – Solo dale una oportunidad.
Yunho se recuesta sobre el respaldo de su silla y cruza sus brazos de mala gana. Tiene un mal presentimiento sobre esto, pero, al mismo tiempo, su padre nunca le ha aconsejado mal.
Después de unos segundos, suspiró y asintió.
-Bien, me reuniré con él.

- - -

Los dedos de Yunho golpean sin descanso el mantel blanco del lujoso restaurante donde había acordado reunirse. Su padre le dio el número de Shim Changmin y, tras una breve llamada, Yunho tenía una cita – o cena de negocios. Todo es confuso.


Llegó temprano para conocer el lugar y para que le mostraran la habitación privada del restaurante para estar lejos del salón principal. Yunho disfrutó examinar por algunos minutos los pergaminos tradicionales y las obras de artes que decoraban de forma magnifica todo. El haber escogido un restaurante coreano para su encuentro en vez de uno italiano o francés, algo occidental que implica privilegio mas no clase, hablaba bien de la personalidad de Changmin. Yunho estaba muy orgulloso de sus ascendencia y la idea de que Changmin también podría estarlo le gustaba.
 
Ordena un vino y mira su reloj, son precisamente las ocho en punto, la hora acordada. La puerta se abre y un hombre se inclina al entrar en la habitación.

Viste unos pantalones negros simples y una camisa blanca con un chaqueta semi-formal, pero el corte y el estilo de ellos indica lo costoso que deben ser. El único adorno es un broche que lleva en la solapa. Su cabello, de un suave color bronce que definitivamente no es natural, se aleja con sencillez de su rostro. Sus facciones son impecables, su mandíbula, sus labios gruesos y su fuerte nariz. Además, es alto, incluso más que Yunho.

Changmin es, como todos dicen, hermoso.

Mantenía sus enormes y fríos ojos cafés fijos en Yunho mientras este se levantaba. Estrecharon sus manos y se inclinaron educadamente antes de sentarse. << El menú, por favor >> pide Yunho al mesero.
 
- Ya se lo que quiero – Changmin cruza sus interminables piernas y se apoya en el respaldo. Yunho levanta un ceja.

- Bueno, como ya conoces el lugar por qué no ordenas por ambos.

Changmin parece complacido con su sugerencia y llama al mesero, le da instrucciones muy especificas sobre la comida que debe traer – suena exagerado, pero Yunho no dice nada.

Sirve un vaso de vino para Changmin, lo ve moverlo antes de darle un delicado sorbo.

- Hmm, buena elección – dijo.

Yunho no conoce ni una mierda sobre vino; muchas gracias suerte de principiante.

<< Entonces>> Yunho le sonríe, intentando lucir lo más entusiasmado posible. Changmin no le corresponde la sonrisa. <<, cuéntame sobre ti>>. Changmin levanta una de sus ceja con elegancia. <<Soy el heredero de una corporación multinacional que vale millones. Me gusta beber, ir a fiestas y dormir. Además…>> Puso ambas manos sobre la mesa y se inclinó << siempre consigo lo que quiero>>.

La sonrisa de Yunho desaparece. Recuerda todo aquello sobre Changmin, no debió esperar algo diferente a lo que los rumores decían después de todo. << Nuestros padres han sido amigos por mucho tiempo ¿cómo es que nunca nos encontramos?>> dice.

- Evito las reuniones familiares – dice Changmin -. No son lo mío.

- ¿No te interesa el negocio?

- Me interesa lo suficiente para poder mantener mi estilo de vida – responde Changmin – El trabajo duro está sobrevalorado.

Yunho frunce el ceño. << El trabajo duro define el carácter de un hombre. Aquellos que no quieren trabajar duro raramente tiene éxito en la vida>>.

Changmin lo mira sobre el borde de la copa, parece divertido y eso hace que Yunho se moleste. No ha dicho nada divertido. La comida se sirve y pasan unos minutos en silencio. Todo es delicioso; la elección de Changmin es impecable.

- ¿Qué es lo que quieres de mí? – pregunta Yunho, finalmente.

Changmin traga la bola de arroz en su boca y baja los palillos.

- ¿No es obvio? Quiero casarme contigo.

- Lo dices como si hablaras mas que de un negocio – dice Yunho.

- ¿Hay otra forma de hablarlo?

<< Sí>> dice Yunho enfáticamente <<.Podrías ser más romántico o dulce, quizás coquetear. Lo que la gente normal hace>>.


- No somos normales – dice Changmin -. Lo previo a salir no tiene sentido y es aburrido. Quiero casarme contigo porque eso quizá salve la compañía de mi padre y, entonces, si es lo que quieres, puedo enamorarte de la forma en que obviamente deseas. 

Yunho analiza a Changmin. Él es directo e irreverente, pero también refrescantemente honesto. Yunho había esperado a alguien fingiendo ser tímido, las pretensiones falsas de una primera cita. En vez de eso, llegó Changmin.  

- Suficiente de mí – dice Changmin -. Cuéntame sobre ti.

Yunho se encogerse de hombros.

- No hay mucho que decir. Era abogado antes de renunciar y abrir mi propio negocio.

- Y en cinco años Jung Consultants se convirtió en una de las firmas más exitosas en la asesoría de negocios en todo el país. Nada mal para un novato – Changmin lucía impresionado.

- Investigaste – dice Yunho, complacido.

- Me gusta saber en la cama de quien me meteré.

Era la única cosa seductora que Changmin había dicho hasta el momento y Yunho se estremece un poco al oír aquello provenir de esos sexys y carnosos labios.

Era un loco salto de fe, pero lo esta considerando.

- Está bien – dice.

- ¿Está bien? – el rostro de Changmin se ilumina.

- Está bien – Yunho asiente lentamente. – Hagámoslo. Casémonos. Al menos sé que no me aburrirás.

No sabía si era la decisión correcta, pero al menos una dulce y traviesa sonrisa apareció finalmente en el rostro de Changmin.

Siguiente