¿Puedes verme?



 - y… ¿hasta que distancia ves? – quiso saber Yunho, su amigo desde hace una semana.

Changmin le miró por sobre el marco superior de sus lentes y enarcó una ceja, luego suspiró.

- te veo borroso y sólo estas al otro lado de la mesa – respondió, regresando su mirada al celular sobre uno de sus libros.
- ¿enserio ves tan mal? – preguntó Yunho claramente sorprendido. Entonces, se acercó un poco más a él. - ¿me ves ahora?
- no – dijo Changmin sin siquiera voltear a mirar.
- ¿y ahora?
- no
- ¿estas seguro? – susurró en su oreja, Changmin tembló al sentir el aliento de Yunho sobre su descubierto cuello. Siempre fue en extremo sensible en esa área.
- ¿qué crees que haces? – logró decir mientras encogía por auto reflejo sus hombros, rehusándose a mirarle. Yunho se acercó un poco más hasta que uno de los codos de Changmin rozaron su pecho. – estamos en una biblioteca – le recordó, mirando asustado hacia las mesas vacías a unos metros de ellos.  
- sólo quiero cerciorarme si puedes ver mi rostro sin anteojos – dijo Yunho, quitando los recién nombrado de las orejas de Changmin.
- por supuesto que te puedo ver, sólo estas a tres centímetros – respondió Changmin prácticamente sobre la boca de Yunho. Sin darse cuenta, su cuerpo se había girado y quedado en dirección a él facilitando su acercamiento. Tragó saliva con algo de dificultad. - ¿para que quieres que te vea tan de cerca? – preguntó mirando los ojos de Yunho.
- hay gente que dice que lo más importante en un beso no es el beso en si, sino la mirada que viene después, ella es la que te dice si la relación va a funcionar o no. – explicó Yunho con una sonrisa demasiado dulce como para evitar que Changmin se sintiera como un niño de cinco años siendo consolado después de haber botado su helado. – parece que no me crees – dijo Yunho divertido ante el mutismo de Changmin.

Changmin ni siquiera se percató de lo roja que estaba su cara a pesar de poder ver su reflejo en los ojos de Yunho, parecía haber caído en una especie hechizo, no podía moverse.

Yunho aprovechó aquél letargo para terminar de unir sus labios en un beso, pero como él mismo había dicho: lo importante no es el beso en si. Se alejó despacio, sintiendo como sus labios parecían evitar que los separaran, aferrándose entre ellos. Los ojos de Changmin fueron los últimos en abrirse. Se encontraron con dos orbes cafés que le miraban fijamente como si fuese lo único que observar en aquél lugar, pero no lo era; se escuchaba entrar un grupo de personas a la biblioteca, el sonido de libros caerse unos pasillos más allá, el celular de Changmin chocando contra el piso.

Yunho tenía razón, el sabor de un beso se olvida con el tiempo pero la mirada de la persona frente tuya quedará en tu retina para siempre. Ese era el nuevo descubrimiento de Changmin.



Hay pocas ocasiones en que Changmin agradece que su visión sea tan reducida. Esta es una de ellas.   

Como todas las mañanas de verano a las siete en punto el sol golpea con fuerza la ventana de la habitación, solía odiarlo pero ya no le molesta. En serio. Ahora le es imposible acercase a la parte de su cama donde caen los rayos del sol y todo es culpa de Yunho.

Changmin se había despertado hace siete minutos y no se movió ni un ápice, sólo esperaba. ¿qué esperaba? Que cuando su mirada se hubiera aclarado lo más posible (sin llevar lentes) el sol alumbrara  a su compañero de cama de más de dos años por la espalda, haciéndole creer, por unos pocos segundos, que este era una especie de ser divino.  

Si, amaba no ver más allá de un metro. 


3 comentarios:

  1. Awwwwwwwwwwww <3 muy lindoooo!!!!! cómo amo a estos dos!!!

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  2. Por Dios!!! esto es hermoso... y en la realidad cuando están así de cerca esas miradas que se dan es como ver este fin en la realidad!
    Amiga... es uno de los mejores drables que he leído en mi vida! TE LUCISTE!

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  3. OMG!!! si esas miradas q se dan son tan arrebatadoramente dulces llenas de mucho amor :3

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