Take my breath away

      Autor: Perriwynkkle

 Traductor: Tabita

Cuando Changmin se puso a llorar te preguntaste si se debía al orgasmo que recién le habías dado o sólo era el estallido innato de sus conductos lagrimales en un golpe de frustración.

Changmin raramente lloraba y si lo hacía, era por un conocido y conmovedor propósito.
Estabas un poco nervioso de que su reacción emocional guiase sus piernas directo hacia la puerta, sin embargo, estuviste  feliz cuando descubriste que su reacción fue totalmente lo opuesto.

Él se desnudó, bajó su traje de cumpleaños, arrojó sus pantuflas al suelo junto con su ropa interior negra y su impecable camisa. Sus ojos brillaban debido a las lágrimas restantes acompañadas de una mirada nublada por la lujuria. 

Prácticamente sentiste como tu saliva chorreaba hasta tu mentón mientras el permanecía parado, finas y largas líneas tallaban sus músculos en aquella  piel color caramelo. Sin vello salvo por brazos, piernas y cabeza. Sus pezones sobresalían orgullosamente sobre su liso pecho, su abdomen definido. Su cabello, previamente desordenado por sus despreocupadas manos, rozaba su rostro enmarcando desde lo alto de sus sonrojados pómulos.  

Las luces fluorescentes de la cocina no lograron opacar su masculina belleza, él era todo lo que habías imaginado, cada sueño húmedo, cada fantasía triple X estaba cobrando vida frente a ti.

“¿Quieres algo de ayuda?” te preguntó, cuando tus ojos se posaron en su creciente erección. Jadeaste cuando su cálida mano te tocó a través de la tela de tus pantalones, el roce áspero de tus jeans contra la suave tela de algodón de tu ropa interior.

 “Solo si estás listo” dijiste, tratando de no asustarle.        
        
“No podría estar más listo” respondió, enviándole a tu cerebro una orden que tu cuerpo puso en marcha instantáneamente.

Atrapaste su rosada mejilla con tu boca con desesperación, casi llorando de alivio que finalmente te permitiera hacerlo. Le besas tratando de hacerle experimente lo sentimientos que siempre has deseado hacerle conocer, sentir. Con la ira reprimida, la pasión, la lujuria que has sentido por los pasado años por una persona que nunca creías que podría corresponder con las misma emociones.

Él estaba tan maravillosamente caliente, su boca era dulce y pegajosa, sus labios estaban rojos. Tus gemidos se mezclaban casi a la perfección con los suyos, esas vibraciones casi burlonas que salían de su boca.

Sin apartarte del todo de Changmin, tú sonreías entre dientes, viendo como Changmin también lo hacía, su risa ligera enviando escalofríos a tu estómago.

Te apartas de la mesa y del siempre caliente cuerpo de Changmin para llevar tus dedos hasta el dobladillo de tu camisa y levantarla lentamente.

Changmin gimió al ver como un pequeño trozo de tu piel bronceada se asomaba por debajo de la tela negra, mirando con ojos codiciosos como tus dedos se arrastraban a lo largo del borde de tus pantalones.

Te sentías un poco travieso, Changmin de pie deliciosamente desnudo frente a ti, tú aún vestido por completo, tus pantalones ni siquiera desabrochados, tu camisa aún cubriendo tu tonificado pecho.

Él lamió sus labios, "Esto se siente un poco injusto."

Arqueaste las cejas mientras caminabas hacia atrás hasta que tu espalda golpeó la  pared del fondo de la cocina, "Ah, y ¿cómo es eso?"

Los ojos de Changmin brillaban, salvajes, sus pies que le impulsaron hacia adelante, "Te ves un poco sobre-vestido."

Respondiste de inmediato levantando tu camisa sobre tu cabeza, tirándola a un lado, sin preocuparte realmente sobre donde aterrizó.

"¿Mejor?" preguntas, apoyando las manos detrás de la cabeza, apoyando la espalda contra la pared que daba al pasillo del dormitorio. Lucías despreocupado.

Changmin no contestó, apretó su duro cuerpo sobre el tuyo, agarrando tu cara y rompiendo el espacio entre tus cálidos labios y los propios.

Se sentía tan caliente cuando su piel se deslizaba sensualmente contra tu pecho desnudo, sus erguidos pezones te hacían cosquillas. Sus manos picaban debajo de tu nuca, pero no te atrevías a retroceder, Changmin quería molestarte con más de sus propias ambiciones.
Quisiste reír entre dientes mientras su lengua rozaba todo el largo del borde tus labios y tocaba la punta de tu nariz. La sonrisa que pintaba sus labios con hoyuelos adorables era la sexualidad en bruto.

Agarrándolo por el cuello, tiraste de él para otro rápido beso, sus lenguas y labios luchan por el dominio y control.

Se sentía tan suave, y a la vez tan duro, en todos los lugares correctos, los músculos y la piel moldeado en contra de su propio sudor, marcando golpes rítmicos.

Tu corazón parecía querer salirse de tu pecho, estabas seguro de que Changmin podía sentir los golpes a través del pulso en sus labios.

Tu cabeza se sentía como un motor con un nuevo tanque de aceite, acelerado y listo para disparar directo hacia el objetivo.

Todo tu cuerpo zumbaba con una energía que nunca habías sentido antes, bastante aterradora pero emocionante, energizante y eufórica.

Esto estaba tan bien, oh – tan inevitablemente bien que podrías haber llorado viendo tu corazón estallar en millones de brillantes, relucientes, pedazos llenos de amor mientras te dabas cuenta de que esto de verdad estaba sucediendo.

Un gemido caía de tus labios mientras Changmin se alejaba de tu boca y chupaba tu pezón, la ligera presión enviando escalofríos bajo tus piernas ya temblorosas.

Cada musculo en tu cuerpo estaba apretado sexualmente doliendo, tus pantalones aferrándose a tu piel con el sudor, áspero e incómodo, creando una presión insoportable sobre tu erección dolorosamente roja.

Los cálidos y húmedos labios de Changmin bajaron por tu pecho, suaves y complacientes, lamiendo más allá de tu ombligo, siguiendo el débil rastro de pelo negro oscuro hacía la cinta metálica de tus pantalones.

Sus dedos fueron hábiles y rápidos abriendo tu bragueta y dejando que tus pantalones cayeran alrededor de tus muslos mientras su boca caliente lamía el líquido pre seminal humedeciendo una mancha en tu ropa interior negra oscura.

“Mierda Changmin…” gemiste, cautivado por su lengua cosquilleante presionando a través de la tela de tu ropa interior. “Oh dios, tan caliente…”

Podías sentir su sonrisa maliciosa en contra de tu ingle mientras el elástico d tu ropa interior era deslizado hacia abajo, dejando que tu pene saltara furiosamente fuera de su prisión vestida. Changmin lamió sus labios hinchados ante la vista de tu erección roja e hinchada, los risos del vello púbico volviéndose más suaves y finos contra la erecta base.

Abriendo tus ojos, que no habías notado que habías cerrado, miraste hacia abajo, donde Changmin estaba de rodillas, su cabeza de pelo castaño detenida frente tu abdomen, en silencio e imponente.

La preocupación inundó tus sentidos ante su quietud… ¿Qué habías dicho?
¿Qué habías hecho?

“¿Min?” preguntaste, arrastrando suavemente una mano por su pelo brillante. “¿Pasa algo malo?”

Nada podría haberte preparado para lo que sucedió cuando él levantó la vista, sus ojos perforando como lasers de pasión en tu cráneo, la lujuria fluía como un arroyo burbujeante bajo sus parpados.

Rápidamente se puso de pie, agarrando tu cuello y una vez más presionando su boca contra la tuya, semen y saliva mezclándose en tu boca, húmeda y caliente, arrastrándose y chorreando por sus barbillas.

“Yunho… jesus…” murmuró entre besos pegajosos, su palma frotando de arriba abajo la dura longitud de tu ingle, “Maldición eres maravilloso.”

Tú no pudiste evitar reírte ante su elección de palabras, “¿Soy maravilloso?” le preguntaste, deteniendo tu abrazo caliente para estudiar las líneas ahora sudorosas de su rostro cautivador.

Él sonrió, rojos, labios húmedos enmarcando dientes nacarados, “podría encontrar un mejor adjetivo pero mi cerebro está cercano a derretirse ahora mismo.”

Tú reíste, tu hinchado pecho elevándose y hundiéndose, “te perdono.”

“Más te vale…” Changmin hizo un mohín, sus labios fruncidos hacia arriba y afuera, haciendo que tu polla respiera en una rápida contracción, arqueándose contra su duro estómago y escurriendo un rastro pegajoso de semen cerca de su ombligo.

Lo besaste, un rápido roce de labios, no obstante lo abrazas posesivamente, balanceándose hacia atrás sobre tus pies, “Dios te quiero…”

Inclinándose, su aliento caliente contra tu oído, Changmin susurra, “Entonces tómame…”el rápido movimiento de su lengua contra el lóbulo de tu oreja haciéndote jadear, “Hazme tuyo…”

Empujando tus pantalones y la ropa interior hacia el suelo, tu cuerpo finalmente dichosamente desnudo, sujetas gentilmente los antebrazos flexionados de Changmin, llevándolo hacía abajo para tumbarse en el suelo del vestíbulo alfombrado.

Su piel suave, caliente y sudorosa como la tuya mientras pasas una mano sobre su pecho y la parte inferior de sus brazos musculosos, llevando sus puños a descansar sobre su cabeza con tu propia mano clavándola en el suelo.

Sonriendo suavemente, te agachas, engatusando y engullendo su lengua empujando tu ahora desnudo cuerpo bruscamente contra el suyo, moliendo hacia abajo para que coincida con sus empujes al azar.

El gimió, profundo y gutural desde su pecho mientras tú jorobas jadeando ligeramente mientras besas un rastro resbaladizo de saliva goteando por su cuello y sobre sus mordiscos, deslizando tu lengua en un pezón endurecido.

Él estaba caliente, ardía contra tu lengua, además su sabor no era como nada que hubieras probado antes, adictivo… sensual y  alcanzablemente tuyos.

Soltaste una risita mientras el chirriaba cuando tu lengua se arrastró hasta su ombligo, girando alrededor del pequeño agujero bombeándolo conjuntamente, las caderas de Changmin empujaron contra tu pecho para sentir aún más.

Deslizándote hacia abajo, te pusiste de rodillas sobre su cuerpo tembloroso, tus ojos barriendo sobre su pecho brillante, levantándose y bajando con cada dichosa respiración, su húmedo ombligo, y su furiosa erección roja, tensa dentro del cálido sofocante aire del vestíbulo, el líquido pre seminal  escurriendo por la cabeza. Sus labios estban de color rojo brillante y humedecidos, pequeños senderos de saliva corriendo por su barbilla mientras sus manos estaban elevadas por sobre su sedoso cabello castaño, dedos clavándose en la alfombra color crema.

Tan extasiado estabas, que no  viste su rodilla levantándose para cepillar ligeramente contra tus bolas,  frotando hacia abajo  contra ingle y alrededor de tu vello púbico.

“¿Te gusta lo que ves?” pregunta con un suspiro sin aliento,  ojos brillantes en una piscina de lujuria, lengua deslizándose a través de su labio inferior.

Tú gimes, “Demasiado...” frotándote ligeramente contra su rodilla aún en movimiento.
El placer era demasiado, seguía construyéndose, casi enviándote al colapso, tu polla volviéndose un suave purpura contra el muslo durdo y persistente de Changmin.
Respiraciones salían de tu boca en duros gemidos, tus ojos cerrándose mientras seguías meciéndote contra el muslo en movimiento de Changmin, “Mierda...oh Mierda...” no se suponía que eso pasara tan rápido.

Pero se sentía tan bien, tan tan tan bien, la sangre pulsaba en tu ingle mientras Changmin te observaba lentamente llegar a tu finalización contra su cálido y cubierto de líquido pre seminal muslo.

Te tomo todas tus fuerzas detenerte, hiciste una mueca cuando tomaste los muslos de Changmin y los separaste de tu dolorosamente dura polla.

Changmin elevó la vista hacia ti, “Estoy impresionado.”

Tú le guiñaste un ojo, rápidamente empujaste las piernas de Changmin sobre tus hombros y  desgarraste el condón que habías metido en tu bolsillo del pantalón temprano aquel día.
Envolviendo el condón alrededor de tu polla, engominaste tus manos con lubricante extra, rápidamente insertaste un dedo en el agujero arrugado de  Changmin.

Contuvo el aliento cuando curvaste tu dedo, golpeando el único punto que tu sabías le haría retorcerse, sus ojos se abrieron grandes y anchos.

Deslizando otro dedo, hiciste tijeras en su apertura, extendiendo y ensanchando el  botón rosa hinchado, viendo como tus dedos se deslizaban fácilmente dentro y fuera a medida que agregaste el tercero.

Changmin gimió, con la cabeza echada hacia atrás contra la alfombra, su espalda arqueándose con cada golpe de tu mano hacia el interior. Se sentía liso y apretado dentro, el calor que rodeaba tus dedos hacía que tu polla saltara de la emoción por lo que estaba por venir.

Yendo por un beso, sacaste tus dedos, posicionando tu erección en su mientras tu lengua silenciosamente exploraba su boca abierta.

Arqueándote lejos lo miraste a los ojos, “¿Listo?”

Él sonrió y contuvo el aliento cuando tus dedos se envolvieron alrededor de tu pene, llevándolo a su trasero, “¿No te lo dije ya?”

Si no hubieras estado tan abrumado por la lujuria podrías haberte reído de la respuesta sarcástica de Changmin, pero en lugar de eso gemiste, empujando lentamente la punta de tu miembro rojo en el calor esperando.

Dios, se sentía increíble, su culo apretado, caliente, y apretándote con una succión suave, sus gemidos y suplicas murmuradas haciéndote saber que no iba a durar mucho tiempo.
El sudor goteaba de ambos cuerpos, el pasillo parecía más caliente y húmedo de lo que era antes mientras tú continuabas golpeando en el trasero abierto de Changmin.

El sonido de muslos golpeados y jadeantes gemidos resonaba en las paredes vacías, tu cara arrugada en la concentración mientras las piernas de Changmin estaban envueltas firmemente alrededor de tu cuello, con las rodillas dobladas casi golpeando su pecho.

Un largo, lento gemido, “Más duro...maldición...Yunho, más duro!”

Sonriendo para ti mismo, asombrado y aliviado de que Changmin se estuviera divirtiendo, empujaste incluso más duro en su agujero a la espera, observando con  los ojos llenos de deseo como tu pene era succionado dentro y fuera de su roja apertura.

Escuchaste a Chagmin gemir cuando llevaste una mano a su pene, tirando y bombeando hacia arriba y abajo la longitud escurridiza,  sumergiendo tu dedo pulgar en la cabeza goteante. Semen y lubricante escurrieron hacia el camino de tu mano mientras tú torcías su pene, el ruidos de tus dedos y el trasero separado de Changmin fluyendo como agua de sus cuerpos conectados.

Muy pronto los ojos de Changmin se ensancharon, su boca se abrió en un silencioso grito, y un gemido lloroso salió de sus pulmones cuando se puso rígido en tus brazos, mientras el caliente semen brotaba rápido y fluido de su miembro usado.

Su trasero se apretó alrededor de tu pene mientras tú acelerabas el ritmo aún más, Changmin finalmente grito mientras tú montabas fuera lo último de tu orgasmo, golpeando tus caderas contra sus animadas nalgas, llevándote a la culminación final.

Estrellas explotaron detrás de tus parpados mientras cerrabas los ojos, el calor del pasaje de Changmin quemando tu pene, el semen y lubricante goteando hacia abajo en tu vello púbico y sobre tus muslos temblorosos.

Te derrumbaste encima Changmin, su cálida y sudorosa piel pegajosa contra la tuya, tus brazos envolviéndose alrededor de su torso en un abrazo.

Sientes su brazos hacer lo mismo, los miembros Fuertes abrazándote y protegiéndote, aceptándote con un apretón  un beso húmedo en el hombro.

Suspirando, llevas tus labios a los suyos, el beso suave y persistente...amoroso.

“Hola...” susurras, dedos suavemente empujando el flequillo sudoroso de su frente.

Él te sonríe y tu sientes tu corazón derretirse, “Hola...”

¿Se supone que sepas qué decir?

Sentiste que realmente no necesitabas palabras para expresar la alegría que estabas sintiendo mientras parece haberse impregnado la neblina sexual de unos minutos antes.

Aclaraste tu garganta, “Wow...eso fue...”

Changmin miró ansiosamente hacia ti, esos ojos brillando en las luces brillantes del vestíbulo.

Él era demasiado hermoso para un hombro.

Él era demasiado hermoso para ser real.

“Eso fue...creo...el mejor sexo que he tenido.” Respondes con una risita, consciente de que probablemente se veía tan despeinado y sexuado como lo hacía, un rubor se arrastra sobre tus mejillas al pensar en tus labios estando hinchados, cabello estando alborotado, y torso brillando con sudor y semen.

Él asiente, su respiración ahora pareja y regulada, “Estoy de acuerdo.” Él te mira y sonríe, “Ahora tengo chupones por todo el cuello...¿cómo voy a explicarle esto a mis empleados en la empresa?”

“¿Te di un chupetón?” preguntaste confundido, ni siquiera recordaste chupar su cuello, pero extrañamente sintiéndote orgulloso de haber dejado una marca.

“Sí, lo hiciste...” dijo, señalando con el dedo una gran marca roja en la parte superior de su cuello, ligeramente por detrás de la oreja, “¡Es enorme!”

“¡No lo es!” te ríes entre dientes, golpeándole juguetonamente el brazo, “Se ve bien en ti.”
Él sonrió, “¿Lo hace ahora?”

Tú asentiste y susurraste, “Mmmm...se ve muy sexy.” Te inclinaste y besaste la mara de color rojo brillante, lamiendo con tu lengua a través de la superficie ligeramente levantada. 

“Sabe muy bien también.”

Changmin se rió, empujando tu cabeza hacia otro lado con un rápido empujón de palma, 
“Para, vas a empeorarlo.” Dijo él, tratando de sonar enojado aunque su brillante sonrisa y sus mejillas manchadas de rosa decían lo contrario.

Besándolo en los labios una vez más, saboreando el gusto al que eras oh-tan adicto, te empujaste arriba y fuera del cuerpo de aún doblado Changmin, cuidadosamente retiraste tu flácida polla de su agujero con un blando chasquido.

De rodillas le ofreciste una mano para que se agarrara, tirando de él a sus propias rodillas quedando de cuclillas justo frente a ti.

Estabas bastante seguro de que no habías sonreído tanto constantemente por tanto tiempo, tus mejillas estaban empezando a quemar, sin embargo honestamente no te importaban.

“Hey...uhm...Yunho.” Changmin preguntó mientras se ponía de pie, su largo y esbelto cuerpo brillando con una capa de sudor seco, “¿Quieres...” aclaró su garganta, parecía un poco nervioso, “Bueno iba a ofrecerte...¿te gustaría pasar la noche aquí?”

Divertido, habías planeado quedarte de todos modos te lo hubiera pedido o no.

“Seguro, me quedaré.” respondiste, parándote y estirando tus piernas, casi cayendo mientras se estrechaban con la secuela de tu orgasmo.

Changmin asintió, mordiendo su labio, “Así que tú...¿quieres venir a ver el dormitorio?” preguntó, ojos brillando con malicia, una sonrisa traviesa trabajando su camino a través de su rostro.

Pasando una mano por tu cabello fingiste considerar su petición, “Supongo que si tengo también....”

Mirando hacia arriba notaste a Changmin silenciosamente caminando más cerca hasta que estuvo de pie frente a ti, pecho a pecho desnudo, “te lo haré.” Bromeó.

Inclinándose, te besó, succionando con dureza tu labio inferior y corriendo su lengua por el techo sensible de tu boca y la parte trasera de tus lisos dientes cortantes. Tus brazos se envolvieron fácilmente alrededor de su cintura, suavemente presionando tus dedos en la piel suave y preparada piel que encontraste allí mientras él seguía saqueando tu boca.

Uñas arrastrándose a través de tu cuerpo cabelludo mientras sus manos se hundieron en tu pelo, gentilmente empujando tu cara cerca de la suya, profundizando el ya sensual beso con ferviente ferocidad.

Gemiste mientras él chupaba tu labio superior, arrastrando su lengua sobre tu bien conocida marca de belleza, corriendo una mano libre hacia abajo para agarrar tu erección ahora endureciéndose.

Se apartó con un chasquido, “¿Vienes?”

Dándose la vuelta él siguió caminando por el pasillo, trasero redondo rebotando, hasta que dobló la esquina y su piel cremosa desapareció de la vista.

Tú tenías toda la intención de seguirlo.

Pero seguirías a ese hombre a cualquier lugar.



1 comentario:

  1. Me encata~... simplemente amo este shot *^*
    Gracias por traducirlo :') su esfuerzo es agradecido de corazón.

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