Traductor:
Tabita
Cuando Changmin se puso a llorar te
preguntaste si se debía al orgasmo que recién le habías dado o sólo era el
estallido innato de sus conductos lagrimales en un golpe de frustración.
Changmin raramente lloraba y si lo hacía, era
por un conocido y conmovedor propósito.
Estabas un poco nervioso de que su reacción
emocional guiase sus piernas directo hacia la puerta, sin embargo, estuviste
feliz cuando descubriste que su reacción fue totalmente lo opuesto.
Él se desnudó, bajó su traje de cumpleaños,
arrojó sus pantuflas al suelo junto con su ropa interior negra y su impecable
camisa. Sus ojos brillaban debido a las lágrimas restantes acompañadas de una
mirada nublada por la lujuria.
Prácticamente sentiste como tu saliva
chorreaba hasta tu mentón mientras el permanecía parado, finas y largas líneas
tallaban sus músculos en aquella piel color caramelo. Sin vello salvo por
brazos, piernas y cabeza. Sus pezones sobresalían orgullosamente sobre su liso
pecho, su abdomen definido. Su cabello, previamente desordenado por sus
despreocupadas manos, rozaba su rostro enmarcando desde lo alto de sus
sonrojados pómulos.
Las luces fluorescentes de la cocina no
lograron opacar su masculina belleza, él era todo lo que habías imaginado, cada
sueño húmedo, cada fantasía triple X estaba cobrando vida frente a ti.
“¿Quieres algo de ayuda?” te preguntó, cuando
tus ojos se posaron en su creciente erección. Jadeaste cuando su cálida mano te
tocó a través de la tela de tus pantalones, el roce áspero de tus jeans contra
la suave tela de algodón de tu ropa interior.
“Solo si estás listo” dijiste, tratando
de no asustarle.
“No podría estar más listo” respondió,
enviándole a tu cerebro una orden que tu cuerpo puso en marcha
instantáneamente.
Atrapaste su rosada mejilla con tu boca con
desesperación, casi llorando de alivio que finalmente te permitiera hacerlo. Le
besas tratando de hacerle experimente lo sentimientos que siempre has deseado
hacerle conocer, sentir. Con la ira reprimida, la pasión, la lujuria que has
sentido por los pasado años por una persona que nunca creías que podría
corresponder con las misma emociones.
Él estaba tan maravillosamente caliente, su
boca era dulce y pegajosa, sus labios estaban rojos. Tus gemidos se mezclaban
casi a la perfección con los suyos, esas vibraciones casi burlonas que salían
de su boca.
Sin apartarte del todo de Changmin, tú
sonreías entre dientes, viendo como Changmin también lo hacía, su risa ligera
enviando escalofríos a tu estómago.
Te apartas de la mesa y del siempre caliente
cuerpo de Changmin para llevar tus dedos hasta el dobladillo de tu camisa y
levantarla lentamente.
Changmin gimió al ver como un pequeño trozo de
tu piel bronceada se asomaba por debajo de la tela negra, mirando con ojos
codiciosos como tus dedos se arrastraban a lo largo del borde de tus
pantalones.
Te sentías un poco travieso, Changmin de pie
deliciosamente desnudo frente a ti, tú aún vestido por completo, tus pantalones
ni siquiera desabrochados, tu camisa aún cubriendo tu tonificado pecho.
Él lamió sus labios, "Esto se siente un
poco injusto."
Arqueaste las cejas mientras caminabas hacia
atrás hasta que tu espalda golpeó la pared del fondo de la cocina,
"Ah, y ¿cómo es eso?"
Los ojos de Changmin brillaban, salvajes, sus
pies que le impulsaron hacia adelante, "Te ves un poco
sobre-vestido."
Respondiste de inmediato levantando tu camisa
sobre tu cabeza, tirándola a un lado, sin preocuparte realmente sobre donde aterrizó.
"¿Mejor?" preguntas, apoyando las
manos detrás de la cabeza, apoyando la espalda contra la pared que daba al
pasillo del dormitorio. Lucías despreocupado.
Changmin no contestó, apretó su duro cuerpo
sobre el tuyo, agarrando tu cara y rompiendo el espacio entre tus cálidos
labios y los propios.
Se sentía tan caliente cuando su piel se
deslizaba sensualmente contra tu pecho desnudo, sus erguidos pezones te hacían
cosquillas. Sus manos picaban debajo de tu nuca, pero no te atrevías a
retroceder, Changmin quería molestarte con más de sus propias ambiciones.
Quisiste reír entre dientes mientras su lengua
rozaba todo el largo del borde tus labios y tocaba la punta de tu nariz. La
sonrisa que pintaba sus labios con hoyuelos adorables era la sexualidad en bruto.
Agarrándolo por el cuello, tiraste de él para
otro rápido beso, sus lenguas y labios luchan por el dominio y control.
Se sentía tan suave, y a la vez tan duro, en
todos los lugares correctos, los músculos y la piel moldeado en contra de su
propio sudor, marcando golpes rítmicos.
Tu corazón parecía querer salirse de tu pecho,
estabas seguro de que Changmin podía sentir los golpes a través del pulso en
sus labios.
Tu cabeza se sentía como un motor con un nuevo
tanque de aceite, acelerado y listo para disparar directo hacia el objetivo.
Todo tu cuerpo zumbaba con una energía que
nunca habías sentido antes, bastante aterradora pero emocionante, energizante y
eufórica.
Esto estaba tan bien, oh – tan inevitablemente
bien que podrías haber llorado viendo tu corazón estallar en millones de
brillantes, relucientes, pedazos llenos de amor mientras te dabas cuenta de que
esto de verdad estaba sucediendo.
Un gemido caía de tus labios mientras Changmin
se alejaba de tu boca y chupaba tu pezón, la ligera presión enviando
escalofríos bajo tus piernas ya temblorosas.
Cada musculo en tu cuerpo estaba apretado
sexualmente doliendo, tus pantalones aferrándose a tu piel con el sudor, áspero
e incómodo, creando una presión insoportable sobre tu erección dolorosamente
roja.
Los cálidos y húmedos labios de Changmin
bajaron por tu pecho, suaves y complacientes, lamiendo más allá de tu ombligo,
siguiendo el débil rastro de pelo negro oscuro hacía la cinta metálica de tus
pantalones.
Sus dedos fueron hábiles y rápidos abriendo tu
bragueta y dejando que tus pantalones cayeran alrededor de tus muslos mientras
su boca caliente lamía el líquido pre seminal humedeciendo una mancha en tu
ropa interior negra oscura.
“Mierda Changmin…” gemiste, cautivado por su
lengua cosquilleante presionando a través de la tela de tu ropa interior. “Oh
dios, tan caliente…”
Podías sentir su sonrisa maliciosa en contra
de tu ingle mientras el elástico d tu ropa interior era deslizado hacia abajo,
dejando que tu pene saltara furiosamente fuera de su prisión vestida. Changmin
lamió sus labios hinchados ante la vista de tu erección roja e hinchada, los
risos del vello púbico volviéndose más suaves y finos contra la erecta base.
Abriendo tus ojos, que no habías notado que
habías cerrado, miraste hacia abajo, donde Changmin estaba de rodillas, su
cabeza de pelo castaño detenida frente tu abdomen, en silencio e imponente.
La preocupación inundó tus sentidos ante su
quietud… ¿Qué habías dicho?
¿Qué habías hecho?
“¿Min?” preguntaste, arrastrando suavemente
una mano por su pelo brillante. “¿Pasa algo malo?”
Nada podría haberte preparado para lo que
sucedió cuando él levantó la vista, sus ojos perforando como lasers de pasión
en tu cráneo, la lujuria fluía como un arroyo burbujeante bajo sus parpados.
Rápidamente se puso de pie, agarrando tu
cuello y una vez más presionando su boca contra la tuya, semen y saliva
mezclándose en tu boca, húmeda y caliente, arrastrándose y chorreando por sus
barbillas.
“Yunho… jesus…” murmuró entre besos pegajosos,
su palma frotando de arriba abajo la dura longitud de tu ingle, “Maldición eres
maravilloso.”
Tú no pudiste evitar reírte ante su elección
de palabras, “¿Soy maravilloso?” le preguntaste, deteniendo tu abrazo caliente
para estudiar las líneas ahora sudorosas de su rostro cautivador.
Él sonrió, rojos, labios húmedos enmarcando
dientes nacarados, “podría encontrar un mejor adjetivo pero mi cerebro está
cercano a derretirse ahora mismo.”
Tú reíste, tu hinchado pecho elevándose y
hundiéndose, “te perdono.”
“Más te vale…” Changmin hizo un mohín, sus
labios fruncidos hacia arriba y afuera, haciendo que tu polla respiera en una
rápida contracción, arqueándose contra su duro estómago y escurriendo un rastro
pegajoso de semen cerca de su ombligo.
Lo besaste, un rápido roce de labios, no
obstante lo abrazas posesivamente, balanceándose hacia atrás sobre tus pies,
“Dios te quiero…”
Inclinándose, su aliento caliente contra tu
oído, Changmin susurra, “Entonces tómame…”el rápido movimiento de su lengua
contra el lóbulo de tu oreja haciéndote jadear, “Hazme tuyo…”
Empujando tus pantalones y la ropa interior
hacia el suelo, tu cuerpo finalmente dichosamente desnudo, sujetas gentilmente
los antebrazos flexionados de Changmin, llevándolo hacía abajo para tumbarse en
el suelo del vestíbulo alfombrado.
Su piel suave, caliente y sudorosa como la
tuya mientras pasas una mano sobre su pecho y la parte inferior de sus brazos
musculosos, llevando sus puños a descansar sobre su cabeza con tu propia mano
clavándola en el suelo.
Sonriendo suavemente, te agachas, engatusando
y engullendo su lengua empujando tu ahora desnudo cuerpo bruscamente contra el
suyo, moliendo hacia abajo para que coincida con sus empujes al azar.
El gimió, profundo y gutural desde su pecho
mientras tú jorobas jadeando ligeramente mientras besas un rastro resbaladizo
de saliva goteando por su cuello y sobre sus mordiscos, deslizando tu lengua en
un pezón endurecido.
Él estaba caliente, ardía contra tu lengua,
además su sabor no era como nada que hubieras probado antes, adictivo… sensual
y alcanzablemente tuyos.
Soltaste una risita mientras el chirriaba
cuando tu lengua se arrastró hasta su ombligo, girando alrededor del pequeño
agujero bombeándolo conjuntamente, las caderas de Changmin empujaron contra tu
pecho para sentir aún más.
Deslizándote hacia abajo, te pusiste de
rodillas sobre su cuerpo tembloroso, tus ojos barriendo sobre su pecho
brillante, levantándose y bajando con cada dichosa respiración, su húmedo
ombligo, y su furiosa erección roja, tensa dentro del cálido sofocante aire del
vestíbulo, el líquido pre seminal escurriendo por la cabeza. Sus labios
estban de color rojo brillante y humedecidos, pequeños senderos de saliva
corriendo por su barbilla mientras sus manos estaban elevadas por sobre su
sedoso cabello castaño, dedos clavándose en la alfombra color crema.
Tan extasiado estabas, que no viste su
rodilla levantándose para cepillar ligeramente contra tus bolas, frotando
hacia abajo contra ingle y alrededor de tu vello púbico.
“¿Te gusta lo que ves?” pregunta con un
suspiro sin aliento, ojos brillantes en una piscina de lujuria, lengua
deslizándose a través de su labio inferior.
Tú gimes, “Demasiado...” frotándote
ligeramente contra su rodilla aún en movimiento.
El placer era demasiado, seguía
construyéndose, casi enviándote al colapso, tu polla volviéndose un suave
purpura contra el muslo durdo y persistente de Changmin.
Respiraciones salían de tu boca en duros
gemidos, tus ojos cerrándose mientras seguías meciéndote contra el muslo en
movimiento de Changmin, “Mierda...oh Mierda...” no se suponía que eso pasara
tan rápido.
Pero se sentía tan bien, tan tan tan bien, la
sangre pulsaba en tu ingle mientras Changmin te observaba lentamente llegar a
tu finalización contra su cálido y cubierto de líquido pre seminal muslo.
Te tomo todas tus fuerzas detenerte, hiciste
una mueca cuando tomaste los muslos de Changmin y los separaste de tu
dolorosamente dura polla.
Changmin elevó la vista hacia ti, “Estoy
impresionado.”
Tú le guiñaste un ojo, rápidamente empujaste
las piernas de Changmin sobre tus hombros y desgarraste el condón que
habías metido en tu bolsillo del pantalón temprano aquel día.
Envolviendo el condón alrededor de tu polla,
engominaste tus manos con lubricante extra, rápidamente insertaste un dedo en
el agujero arrugado de Changmin.
Contuvo el aliento cuando curvaste tu dedo,
golpeando el único punto que tu sabías le haría retorcerse, sus ojos se
abrieron grandes y anchos.
Deslizando otro dedo, hiciste tijeras en su
apertura, extendiendo y ensanchando el botón rosa hinchado, viendo como
tus dedos se deslizaban fácilmente dentro y fuera a medida que agregaste el
tercero.
Changmin gimió, con la cabeza echada hacia
atrás contra la alfombra, su espalda arqueándose con cada golpe de tu mano
hacia el interior. Se sentía liso y apretado dentro, el calor que rodeaba tus
dedos hacía que tu polla saltara de la emoción por lo que estaba por venir.
Yendo por un beso, sacaste tus dedos,
posicionando tu erección en su mientras tu lengua silenciosamente exploraba su
boca abierta.
Arqueándote lejos lo miraste a los ojos,
“¿Listo?”
Él sonrió y contuvo el aliento cuando tus
dedos se envolvieron alrededor de tu pene, llevándolo a su trasero, “¿No te lo
dije ya?”
Si no hubieras estado tan abrumado por la
lujuria podrías haberte reído de la respuesta sarcástica de Changmin, pero en
lugar de eso gemiste, empujando lentamente la punta de tu miembro rojo en el
calor esperando.
Dios, se sentía increíble, su culo apretado,
caliente, y apretándote con una succión suave, sus gemidos y suplicas
murmuradas haciéndote saber que no iba a durar mucho tiempo.
El sudor goteaba de ambos cuerpos, el pasillo
parecía más caliente y húmedo de lo que era antes mientras tú continuabas
golpeando en el trasero abierto de Changmin.
El sonido de muslos golpeados y jadeantes
gemidos resonaba en las paredes vacías, tu cara arrugada en la concentración
mientras las piernas de Changmin estaban envueltas firmemente alrededor de tu
cuello, con las rodillas dobladas casi golpeando su pecho.
Un largo, lento gemido, “Más
duro...maldición...Yunho, más duro!”
Sonriendo para ti mismo, asombrado y aliviado
de que Changmin se estuviera divirtiendo, empujaste incluso más duro en su
agujero a la espera, observando con los ojos llenos de deseo como tu pene
era succionado dentro y fuera de su roja apertura.
Escuchaste a Chagmin gemir cuando llevaste una
mano a su pene, tirando y bombeando hacia arriba y abajo la longitud
escurridiza, sumergiendo tu dedo pulgar en la cabeza goteante. Semen y
lubricante escurrieron hacia el camino de tu mano mientras tú torcías su pene,
el ruidos de tus dedos y el trasero separado de Changmin fluyendo como agua de
sus cuerpos conectados.
Muy pronto los ojos de Changmin se
ensancharon, su boca se abrió en un silencioso grito, y un gemido lloroso salió
de sus pulmones cuando se puso rígido en tus brazos, mientras el caliente semen
brotaba rápido y fluido de su miembro usado.
Su trasero se apretó alrededor de tu pene
mientras tú acelerabas el ritmo aún más, Changmin finalmente grito mientras tú
montabas fuera lo último de tu orgasmo, golpeando tus caderas contra sus
animadas nalgas, llevándote a la culminación final.
Estrellas explotaron detrás de tus parpados
mientras cerrabas los ojos, el calor del pasaje de Changmin quemando tu pene,
el semen y lubricante goteando hacia abajo en tu vello púbico y sobre tus
muslos temblorosos.
Te derrumbaste encima Changmin, su cálida y
sudorosa piel pegajosa contra la tuya, tus brazos envolviéndose alrededor de su
torso en un abrazo.
Sientes su brazos hacer lo mismo, los miembros
Fuertes abrazándote y protegiéndote, aceptándote con un apretón un beso
húmedo en el hombro.
Suspirando, llevas tus labios a los suyos, el
beso suave y persistente...amoroso.
“Hola...” susurras, dedos suavemente empujando
el flequillo sudoroso de su frente.
Él te sonríe y tu sientes tu corazón
derretirse, “Hola...”
¿Se supone que sepas qué decir?
Sentiste que realmente no necesitabas palabras
para expresar la alegría que estabas sintiendo mientras parece haberse
impregnado la neblina sexual de unos minutos antes.
Aclaraste tu garganta, “Wow...eso fue...”
Changmin miró ansiosamente hacia ti, esos ojos
brillando en las luces brillantes del vestíbulo.
Él era demasiado hermoso para un hombro.
Él era demasiado hermoso para ser real.
“Eso fue...creo...el mejor sexo que he
tenido.” Respondes con una risita, consciente de que probablemente se veía tan
despeinado y sexuado como lo hacía, un rubor se arrastra sobre tus mejillas al
pensar en tus labios estando hinchados, cabello estando alborotado, y torso
brillando con sudor y semen.
Él asiente, su respiración ahora pareja y
regulada, “Estoy de acuerdo.” Él te mira y sonríe, “Ahora tengo chupones por
todo el cuello...¿cómo voy a explicarle esto a mis empleados en la empresa?”
“¿Te di un chupetón?” preguntaste confundido,
ni siquiera recordaste chupar su cuello, pero extrañamente sintiéndote
orgulloso de haber dejado una marca.
“Sí, lo hiciste...” dijo, señalando con el
dedo una gran marca roja en la parte superior de su cuello, ligeramente por
detrás de la oreja, “¡Es enorme!”
“¡No lo es!” te ríes entre dientes,
golpeándole juguetonamente el brazo, “Se ve bien en ti.”
Él sonrió, “¿Lo hace ahora?”
Tú asentiste y susurraste, “Mmmm...se ve muy
sexy.” Te inclinaste y besaste la mara de color rojo brillante, lamiendo con tu
lengua a través de la superficie ligeramente levantada.
“Sabe muy bien también.”
Changmin se rió, empujando tu cabeza hacia
otro lado con un rápido empujón de palma,
“Para, vas a empeorarlo.” Dijo él, tratando de
sonar enojado aunque su brillante sonrisa y sus mejillas manchadas de rosa
decían lo contrario.
Besándolo en los labios una vez más,
saboreando el gusto al que eras oh-tan adicto, te empujaste arriba y fuera del
cuerpo de aún doblado Changmin, cuidadosamente retiraste tu flácida polla de su
agujero con un blando chasquido.
De rodillas le ofreciste una mano para que se
agarrara, tirando de él a sus propias rodillas quedando de cuclillas justo
frente a ti.
Estabas bastante seguro de que no habías
sonreído tanto constantemente por tanto tiempo, tus mejillas estaban empezando
a quemar, sin embargo honestamente no te importaban.
“Hey...uhm...Yunho.” Changmin preguntó
mientras se ponía de pie, su largo y esbelto cuerpo brillando con una capa de
sudor seco, “¿Quieres...” aclaró su garganta, parecía un poco nervioso, “Bueno
iba a ofrecerte...¿te gustaría pasar la noche aquí?”
Divertido, habías planeado quedarte de todos
modos te lo hubiera pedido o no.
“Seguro, me quedaré.” respondiste, parándote y
estirando tus piernas, casi cayendo mientras se estrechaban con la secuela de
tu orgasmo.
Changmin asintió, mordiendo su labio, “Así que
tú...¿quieres venir a ver el dormitorio?” preguntó, ojos brillando con malicia,
una sonrisa traviesa trabajando su camino a través de su rostro.
Pasando una mano por tu cabello fingiste
considerar su petición, “Supongo que si tengo también....”
Mirando hacia arriba notaste a Changmin
silenciosamente caminando más cerca hasta que estuvo de pie frente a ti, pecho
a pecho desnudo, “te lo haré.” Bromeó.
Inclinándose, te besó, succionando con dureza
tu labio inferior y corriendo su lengua por el techo sensible de tu boca y la
parte trasera de tus lisos dientes cortantes. Tus brazos se envolvieron
fácilmente alrededor de su cintura, suavemente presionando tus dedos en la piel
suave y preparada piel que encontraste allí mientras él seguía saqueando tu
boca.
Uñas arrastrándose a través de tu cuerpo
cabelludo mientras sus manos se hundieron en tu pelo, gentilmente empujando tu
cara cerca de la suya, profundizando el ya sensual beso con ferviente
ferocidad.
Gemiste mientras él chupaba tu labio superior,
arrastrando su lengua sobre tu bien conocida marca de belleza, corriendo una
mano libre hacia abajo para agarrar tu erección ahora endureciéndose.
Se apartó con un chasquido, “¿Vienes?”
Dándose la vuelta él siguió caminando por el
pasillo, trasero redondo rebotando, hasta que dobló la esquina y su piel
cremosa desapareció de la vista.
Tú tenías toda la intención de seguirlo.
Pero seguirías a ese hombre a cualquier lugar.
Me encata~... simplemente amo este shot *^*
ResponderEliminarGracias por traducirlo :') su esfuerzo es agradecido de corazón.