Cafetería EPÍLOGO



"Una taza de café preparada con amor sabe mucho mejor".



- amo esta silla – dijo Yunho mientras apoyaba su frente sobre la nuca de Changmin.
- ¿qué tiene de especial?
- podemos sentarnos juntos sin problemas –respondió, mientras observaba a través del hombro de Changmin las pruebas que este revisaba desde hace más de media hora. Se estaba tardando más de lo normal. - ¿qué pasa?
- me duele la cabeza – explicó Changmin. Los brazos de Yunho viajaron desde su cintura hasta sus sienes para masajearlas cuidadosamente, con movimientos firmes y certeros, como acostumbraba a hacer casi todas las noches que Changmin llevaba trabajo. – ah – gimió y después se dejó caer sobre el pecho de Yunho, cuyos brazos le rodearon una vez más.
- hoy vi a una pareja abrazándose frente a la cafetería – comentó sin darse cuenta, no había razón para hacerlo, era un acto tan común. Sin embargo, esa imagen se había quedado en su retina, tal vez fue por la sensación que recorrió su cuerpo en ese momento o por la forma en que ese chico, con los ojos cerrados, aspiraba el aroma de su novia mientras apoyaba su mentón en el hombro de ella. – no te soltaré en toda la tarde – sentenció. Changmin ladeó un poco su cabeza permitiendo que Yunho apoyase su mejilla contra su oreja.

Yunho amaba esa parte de Changmin en la que solo aceptaba lo que saliera de su boca, lo que tocasen sus manos, lo que pensase su cabeza; parecía entenderlo más que él a sí mismo.

- quiero café – dijo Changmin separado su cuerpo del de Yunho con la intención de levantarse, pero este último se lo impidió. Le escuchó reír antes de intentarse zafarse nuevamente de su agarre. – Yunho – advirtió con seriedad. Lo único que Yunho podía reclamarle a Changmin era esa poca, casi nula, melosidad para con él. Con un puchero adornando sus labios le dejó ir.

Siguió con la mirada cada movimiento que Changmin hizo hasta salir de la habitación, adoraba la forma en que él podría recorrer toda la cafetería con los ojos cerrados sin golpearse y aun así mantenía ese caminar tímido, como si temiera que le fuese a prohibir hacer o tocar algo. Changmin seguía sin ser conciente que él mismo ya era parte de la cafetería, era como el café, las sillas, cada taza: era parte de todo aquello, de su mundo, desde el momento en que cruzó la puerta; ya no era un conocido, un amor platónico, un amigo. Si él no estaba, algo parecía fuera de lugar o al menos eso era lo que sentía desde su puesto detrás del mesón.

Changmin volvió en menos de un minuto a la habitación y se sentó a horcajadas sobre Yunho. Changmin no era romántico, pero esa costumbre que tenía de regresar a la misma posición en la que Yunho le hubiera “obligado” a ponerse reemplazaba lo otro a la perfección. Yunho le abrazó. Changmin dejó caer su peso contra él, su respiración no tardo en hacerse más lenta hasta que cayó dormido entre sus brazos como venía ocurriendo desde hace un corto tiempo. El agua se volvería a enfriar.

Yunho, cuidando de sujetar bien a Changmin, se levantó, sintiendo como, inconcientemente, este le rodeaba la cintura con sus piernas y ahora su cuello le servía de almohada. Un par de pasos necesitó para llegar al colchón que venían ocupando como cama regular estos meses. Quitó las mantas y sábanas antes de recostarlo, tiró lejos sus zapatos y le cubrió. Lo miró por unos instantes antes de inclinarse sobre él y darle un beso en la frente.

Dejó la lámpara que Changmin ocupaba para trabajar encendida antes de salir del cuarto, solo en caso de que despertara antes de él terminara de cerrar la cafetería. Yunho dudaba que lo hiciera.

La universidad donde trabajaba le había pedido que cubriera dos vacantes mientras encontraban a un maestro calificado, eso ocurrió a comienzos del semestre, y ahora con este terminado y aún siendo el único para tres cursos el cuerpo de Changmin estaba colapsando. Para empeorar un poco las cosas, su libro había tenido éxito, no era uno de los mejores vendidos, pero llamó la atención de muchas personas y, de vez en vez, una librería le llamaba para tener un pequeño encuentro con sus lectores y firmar algunos libros.

Las ventanas dejaban que la luz azulada de la luna acariciara gran parte de la cafetería, salvo por el mesón principal, dándole un aspecto misterioso que junto a las luces amarillas que iban de lado a lado en el techo que había olvidado apagar parecían haberlo transportado a otro lugar. Embobado, Yunho permaneció quieto, apoyado en el marco del final del pasillo.

Minutos después encendió la luz principal, volteó todas las sillas, barrió y terminó de lavar la loza que dejó de lado cuando Changmin llegó. Observó la pila de libros en la parte superior de la repisa, todos de Sherlock Holmes, todos ordenados para que Changmin encontrara los que aún no había leído, solo porque eran difícil de encontrar hoy en día. El último que había comenzado estaba debajo de la almohada con un marcador en la página quince cuando, usualmente, los terminaba en un par de horas.

Un ruido le sacó de sus pensamientos; Changmin se había levantado. Caminó hacia el cuarto y abrió la puerta, Changmin trataba de sentarse aún somnoliento. Su cabello estaba parado de forma graciosa, casi tieso, que por un momento quiso correr a aplastárselo. Changmin lo vio e hizo un gesto con la mano para que se acercara y le ayudara a pararse.

- ¿despertaste?
- mmm – respondió, mientras no hacia ningún esfuerzo por levantarse. Yunho se inclinó hacia él y sujetándole por la cintura le obligó a ponerse de pie.

Tambaleándose, Changmin caminó hasta el baño. Yunho no necesitó acercarse para escuchar el agua de la llave correr y parte de los reclamos de Changmin por estar esta tan helada.

Yunho acababa de apagar la luz principal de la cafetería con la intención de mostrarle a Changmin la espectacular vista que se había formado cuando le escuchó salir del baño. Volteó a verle con rapidez. Changmin llevaba la camisa abierta y los puños remangados, que seguro mojó mientras lavaba su rostro, y su cabello estaba ahora húmedo.

- te vas a resfriar – le dijo después de apagar la luz del pasillo y cerrar la puerta del cuarto. A tientas, lo llevó hasta el final del corredor. Logró escuchar un gemido de sorpresa escaparse de los labios de Changmin.

Yunho se paró a su lado, tocando los hombros de Changmin con los suyos intencionalmente. Changmin parecía haberse despertado de golpe. Yunho volteó a verle al notar más contacto sobre su brazo y deseó no haberlo hecho; Changmin se veía hermoso. Su piel se veía azulada por el reflejo de la luz de la luna en la gotas de agua en su pecho, el destello en sus ojos era dorado igual que las luces y la mezcla de ambos colores sobre su camisa blanca la volvían casi transparente. Quiso actuar como un adulto conciente del cansancio y estrés del otro, sin embargo, Yunho también era humano, uno demasiado enamorado como para contenerse en ese momento.

De improviso, estrelló el cuerpo de Changmin contra la pared más cercana. Escuchó como se quejó; pero antes de que pudiera decir algo acercó sus rostros lo suficiente para que Changmin sintiera su respiración y aliento tocar su piel. Disfrutó como, aún sin tocarle, su cuerpo se había relajado, su respiración se aceleraba y su pecho comenzaba ese vaivén que tanto le gustaba.

Lentamente, Yunho se acercó jugando a rozar sus labios, pero sin besar, solo movimientos superficiales, mientras una de las manos de Changmin subía con torpeza hasta su cuello invitándole a acercarse un poco más. Quería jugar un poco más, sin embargo, Yunho tampoco podía aguantar más tiempo sin besarle.

Con una de sus manos tomó la mano que Changmin mantenía en su cuello y la sujetó sobre la cabeza de este, colocó una de sus piernas entre las de él e inclinó su cuerpo sobre el de Changmin, quien, inconcientemente, se curvó un poco mientras dejaba caer su cabeza hacia atrás tanto como la posición se lo permitía. Yunho aprovechó de besar su manzana de Adán antes de subir por su cuello hasta su mandíbula dejando pequeños besos que se detuvieron al llegar a su oído, respiró un poco más fuerte de lo normal solo para sentir como el cuerpo de Changmin se estremecía.

Con su mejilla rozando la ajena avanzó hasta los labios de Changmin que lo recibieron con urgencia mientras sus narices so rozaban por la apasionada y a la vez torpe forma con la que quería entrar la boca ajena. Escucharon a lo lejos voces de personas que, seguramente, caminaban en la acera de al frente, pero eso no los detuvo a pensar que los ventanales seguían abiertos y que las luces decorativas podría llamar la atención. Continuaron besándose como si su vida dependiera de ello.

Changmin jadeó al sentir el muslo de Yunho rozar su entrepierna, y lejos de avergonzarse abrió más sus piernas. Yunho amaba eso. Se acercó aún más a Changmin mientras con su mano libre recorría el desnudo abdomen de este con movimientos irracionales, podía pasar mucho tiempo en sus caderas, luego subía a su cintura para después viajar a su espalda y volver a su cintura; entonces, Changmin gemía y Yunho llevaba sus manos a esa pequeña protuberancia en su pecho, moviendo sus dedos al mismo ritmo de sus besos.

Presionó su muslo un poco más obligando a Changmin a girar su rostro para dejar un hermoso –¡ah!- de esos que Yunho amaba escuchar salir de su boca.  Mordió su labio inferior al escucharle. Dos segundos después, su mano abandonó su pecho para forzar a Changmin a voltear la cara una vez más y volver a besarle. Sin embargo, se estaba cansando de no ser tocado. Liberó las manos de Changmin y en menos de un segundos tuvo una de ellas rodeando su cuello y parte de su nuca mientras le acercaba todavía más; la otra se aferraba con fuerza a su espalda arrugando su polera.

No tardo mucho tiempo en ser rodeado por una de las piernas de Changmin, pierna que no dudo en agarrar y recorrer a su antojo, haciendo que la superficie entre sus cuerpos se incrementara y Changmin comenzara a jadear más sonoramente. Yunho no pensaba quejarse de ello.

En medio del momento, se miraron, por quizás un segundo, pero eso basto para que Yunho se alejara y Changmin, literalmente, saltara sobre él, sujetándose con fuerza del cuerpo ajeno. Yunho caminó con torpeza, su cerebro apenas funcionaba ahora. A duras penas llegó hasta el mesón principal donde sentó a Changmin y le quitó la camisa aventándole lejos, tal vez hacia las mesas, no podría decirlo. Changmin apoyó sus manos en la madera mientras recargaba su cuerpo hacia atrás dándole a Yunho libre acceso para hacer lo que quisiera.

Yunho lo miró, en ocasiones apenas creía que él podía tocarle, que podía besarle como lo hacía. Entonces, completamente absorto, lamió sus pezones sin perder de vista las expresiones de Changmin quién miraba con fijeza cada movimiento que hacia. Bajó hasta su ombligo y lo mordió, le escuchó reír con ternura que casi hace que él también ría. Siguió bajando hasta llegar al comienzo de su pantalón, no tardó en quitarle el cinturón y bajar el cierre. Fue cuando notó que Changmin anda descalzo, no pudo evitar sonreír y voltear a verle, lucía avergonzado. Se acercó a besarle mientras acariciaba su mejilla. No cambiaría nada de Changmin.

Le sacó el pantalón con relativa facilidad y antes de hacer lo mismo con el calzoncillo, se quitó la camisa y el cinturón. Changmin se sentó un poco más a la orilla, esperando por contacto que no demoró en llegar. Yunho podía sentir las manos de Changmin recorrer su espalda, arañándole en el proceso. Él por su parte jalaba el cabello de Changmin con la intención de marcar su cuello las veces que fuera posible. Amaba sentir el cuerpo caliente de Changmin contra el suyo sin que la ropa se interpusiera entre ambos.

Nuevamente, voces se escucharon a lo lejos. Ahora, algo más conciente de su entorno y algo más expuesto, Yunho levantó a Changmin y lo recostó en el suelo detrás del mesón, oculto de la vista de las personas que en esos instantes pasaron por frente de la cafetería, podía escuchar sus murmullos y ver sus sombras unos metros más allá.

Regresó su vista a Changmin, gracias a las luces del techo podía ver su cuerpo con mayor claridad. Su cabello estaba más desordenado que cuando se despertó, sus labios rojos y su cuerpo estaba empezando a cubrirse de sudor. Estaba perfecto a los ojos de Yunho.

Con ambos brazos a los costados de Changmin, Yunho se inclinó para besarle, este beso era más lento, más tranquilo, el inició del final de esa locura momentánea. Changmin siempre esperaba por ese beso.

 Changmin rodeó a Yunho obligándole a apoyar todo su peso en él, antes de que ambos comenzaran a mover sus cuerpo en buscar de ese roce entre sus miembros que les volvía locos. Yunho coló una de sus manos entre ellos para sujetar el miembro de Changmin sobre el calzoncillo mientras regala pequeños apretones cada tanto. Las manos de Changmin se ciñen a la espalda baja de Yunho marcando el ritmo de sus movimientos.

Desesperado, Changmin intentó quitar el pantalón de Yunho con torpes tirones. Yunho solo le mordió la mandíbula para que se detuviera y así el poder quitárselo por si mismo, no sin antes quitar la ropa interior de Changmin.

Yunho observó el miembro del otro, estaba más duro que él. Tentado por la imagen frente suyo, se beso la larga pierna de Changmin desde su rodilla, el interior de su muslo hasta llegar a su erección. Dudo un poco, era la primera vez que hacían algo así, pero de todas forma igual se aventuró y lo engulló hasta el fondo, sintió como la punta tocó la pared de su garganta. Era extraño, sin embargo, ver como el cuerpo de Changmin se movía extasiado frente a él convertía todo eso en una excelente experiencia.

Changmin no tardo en sujetar su cabello, mas no marcó ningún ritmo, le dejó moverse, lamer y succionar a su antojo; regalando nada más que escandalosos gemidos. Yunho se detuvo al ver como la respiración de Changmin se volvía irregular, aún no estaba preparado para que terminara dentro de boca y él pareció entenderlo pues le soltó.

Antes de que pudiera decir algo Changmin ya se había puesto boca abajo y levantaba ligeramente su trasero en su dirección mientras le miraba sobre su hombro, su rostro bastante sonrojado. Sonrió, Changmin no estaba para más rodeos ese día. Se inclinó para besar su nuca y bajar por columna con lentitud, sintiendo como Changmin removía bajo su cuerpo apresurándolo.

Llevó uno de sus dedos al pequeño orificio que este le ofrecía, ya no era tan difícil esta parte, ni siquiera era necesaria, inclusive la primera el cuerpo de Changmin lo había recibido sin mayores problemas. Comenzó a moverlo en círculos. Changmin cerró sus ojos, pero mantenía los labios semiabiertos.

Metió dos más y los movió de adentro hacia fuera mientras se masturba viendo como Changmin intentaba no gemir. Yunho aún no podía con esa imagen. Entonces, sintió un pequeña contracción y supo que era momento perfecto para tomar su lugar. Apenas, sacó sus dedos Changmin abrió sus ojos y posó su mirada en él. Yunho no apartó su mirada mientras entraba en su cuerpo, los labios de Changmin se entreabrieron y sus gemidos se escucharon al unísono.

Yunho recorrió la espalda de Changmin con una de sus manos hasta llegar a la curva de su hombro, se inclinó sobre él robándole un jadeó. Las embestidas no tardaron en llegar. Yunho amaba escuchar como su piel sonaba al chocar contra la de Changmin, algunas personas podría llamarlo morboso, pero ese sonido era lo único que le decía que realmente estaba viviendo ese momento con él. La forma en que el cuerpo de Changmin se baña en sudor gracias a él lo excitaba a grados que antes no creía posibles.

Vio como Changmin intentaba incorporarse sobre sus manos y rodillas con movimientos torpes: sus brazos temblaban y sus piernas se estaban durmiendo por pasar tanto tiempo en la misma posición. Con cuidado, salió de su interior. Agarró a Changmin por la cintura ayudándole a sentarse a horcajadas sobre su regazo. Yunho masajeó sus piernas y espalda mientras sus labios eran encontrados por los desesperados y húmedos de Changmin.

Los dedos de Changmin viajaban sobre su cuero cabelludo dando pequeños tirones cada dos o tres jadeos. Un fuerte tirón obligó a Yunho a echar su cabeza hacia atrás dejando su manzana de Adán  indefensa ante la lengua de Changmin quién, sin reparo alguno, comenzó a lamerla con lentitud, esperando por cada estremecimiento que invadía a Yunho cuando esa pequeña y húmeda superficie era acariciada por su aliento.

Yunho atrajo el cuerpo de Changmin con el suyo. Sus miembros, ambos erguidos en su máxima expresión, se rozaron sin querer cuando Changmin se acomodó arrancándoles un ronco gemido ahogado por los labios del otro. Inconcientemente, Yunho acercó más a Changmin.

- ¿qué haces?- creyó preguntar Yunho al sentir como Changmin dejaba caer todo el peso de su cuerpo sobre él. Su cuerpo tembló al tocar el frío porcelanato. Entonces, toda su perspectiva cambió. Tenía el cuerpo de Changmin a contra luz, su silueta lucía tan definida que por un momento pensó en la posibilidad de haberse quedado dormido junto a él en el colchón.  

La nariz de Changmin rozó la suya de manera juguetona como poca veces lo hacía trayéndolo de vuelta a ese instante que ambos compartían. Su labios volvieron a unirse como si hubiesen estados años separados cuando en realidad solo fueron unos segundos.

La mano derecha de Yunho acarició cada vértebra en la espalda de Changmin hasta llegar a su cabello y perderse en este, mientras la izquierda viajaba hasta por el torso de este hasta su miembro; posó su mano sobre el, pero no pensaba moverla solo quiso posarla ahí. Le pareció ver un atisbo de sonrisa entre tanta sombra o quizás solo sintió su labios curvarse cuando se besaban.

El pelo de Changmin cayó sobre su frente mientras las manos de este baja hasta su propio miembro y quitaba la mano de Yunho. Sintió como Changmin se acomodaba sobre él y comenzaba a imitar sus embestidas, solo que las de Changmin eran más lentas, su cintura se movía como más sensualidad y la forma en que sus miembros y testículos se rozaban entre ellos no eran en busca de placer, sino de excitarlo. Yunho sonrió.

- no hagas eso – le regañó Changmin después de que comenzara a masajear su miembro terminando así su juego, porque solo bastaba con que Yunho lo tocara para que su cabeza dejara de controlar su cuerpo.
- estas muy hablador hoy – murmuró Yunho mientras con su otra mano acariciaba ese espacio donde los muslos de Changmin terminaban y comenzaba su pequeño trasero.
- soy hablador. – replicó Changmin – solemos hablar por horas todas las tardes.
- nunca hablas cuando hacemos esto – Yunho detuvo todo movimiento al sentir como el miembro de Changmin se endurecía bajo su tacto. Observó como Changmin mordía sus labios con fuerza. Su cuerpo temblaba. Apoyó su cabeza contra el pecho de Changmin y esta terminó deslizándose por todo su torso cuando este se levantó para introducir nuevamente su miembro en su cuerpo. Changmin le obligó a recostarse con un pequeño empujón en sus hombros.

Yunho se limitó a obedecerle en silencio mientras le ordenaba a su cabeza grabar cada movimiento que los músculos de Changmin hacia cuando este comenzó cabalgarle, la forma en que estos se contraían cada vez que Changmin inclinaba con su cabeza y cuerpo hacia atrás lo volvían loco; apenas podía mantener sus ojos abiertos, sin embargo, por la vista que tenía, valía la pena luchar con todas las fuerzas. 

Yunho llevó una mano al resbaloso pecho de Changmin. A estas alturas le era imposible recordar si siempre le había gustado tocar el sudor de otra persona o solo amaba como este se veía sobre el cuerpo de Changmin, este último había logrado borrar cualquier encuentro previo en su vida desde el momento en que le permitió tocarle. Changmin se arqueó al sentir su tacto, exponiéndose ante él. Yunho solo pudo lanzar un ronco gemido en respuesta mientras sus dedos masajeaban aquella pequeña protuberancia rosa.

Changmin se inclinó sobre él con sus labios entreabiertos, apoyando sus manos en el torso de Yunho, quién solo le veía subir y bajar escuchando el sonido ahora más frenético que provocaban sus cuerpos al tocarse. La mano libre de Yunho atrapó una de las manos de Changmin y las entrelazó frente a tórax, en un intentó porque Changmin sintiera los latidos de su corazón.

Bastó que Changmin se detuviera para besarle para que Yunho rodeara su espalda baja con un brazo y levantara un poco su pelvis para que Changmin gimiera dentro de su boca incitándolo a repetir el mismo movimiento, pero esta vez lo hizo más rápido, más fuerte, sin darle un momento para respirar.

Los minutos pasaron hasta que sus cuerpos no resistieron más. El interior de Changmin se contrajo de golpe haciendo que su esperma se derramara en el abdomen de ambos, sus piernas perdieran por completo su fuerza y cayera sobre Yunho; este último, por su parte, se vino dentro de Changmin mientras mordía su cuello y se aferraba a sus manos unidas.

Yunho abrazó a Changmin tan fuertemente como sus músculos se lo permitieron. Podía escuchar la lenta respiración de Changmin golpear la parte de atrás de su oreja y sentir como su cuerpo dejaba de estremecerse hasta dejarse caer a peso muerto. Yunho acarició el trasero de Changmin con la intensión de salir de su interior, pero no pudo hacerlo, amaba estar dentro de él aunque no se moviera.

Lamió la marca que había dejado en el cuello de Changmin al mismo tiempo que agudizaba su oído; la calle estaba vacía. Yunho, un poco adormilado, se incorporó como pudo con Changmin en sus brazos y caminó hasta la habitación. Se dejó caer con cuidado sobre el colchón, apoyando la espalda de Changmin contra las sabanas mientras él recargaba su cuerpo sobre este tratando de no despertarle. En ningún momento Yunho salió del interior de Changmin.

Había estado sobre el cuerpo desnudo de Changmin tantas veces, pero aún así el sentir su piel y el compás de su respiración lograba atraparlo. Adoraba sentirse acunado por el sube y baja de su pecho, percibir cada uno de sus movimientos al dormir, escuchar sus balbuceos sin sentidos e incluso el ruido que hacia su estomago al reclamar por comida después de tener sexo. Supo que había tocado fondo cuando este último detalle le pareció tierno.

Levantó su vista, el cabello de Changmin había comenzado a secarse y ahora bailaba graciosamente sobre su frente mientras sus labios se mantenían entreabiertos. Con las últimas fuerzas que le quedaban se inclinó sobre sus labios para robarle un corto beso antes de volver a recostarse sobre su pecho y cerrar sus ojos, dejó el aroma natural de Changmin mezclado con sus sudor lo inundara.



Una mezcla de confusos sonidos a lo lejos lo despertó. Yunho dejó escapar un quejido cuando intentó moverse pues Changmin, aún dormido, había aferrado con fuerza sus piernas a su cintura mientras liberaba a su cabeza del fuerte entre sus brazos. Lentamente, acarició las piernas de este hasta que cayeron a su costado. Permaneció quieto por varios minutos hasta estar seguro de que Changmin no se despertaría y apoyó sus brazos alrededor de su cuerpo, intentando incorporarse de a poco. Su cabello cubría uno de sus ojos y sus brazos dolían apenas los doblaba un poco.

Yunho creyó escuchar unos golpes sobre algún vidrio a los lejos, pero desecho la idea de ir a asegurarse al ver como Changmin dejaba caer su cabeza hacia un lado dejando a la vista su delgado cuello, cómo amaba ese cuello. Obligó a sus adoloridos brazos a llevarle hasta aquel expuesto trozo de piel para poder depositar casi imperceptibles besos por toda su longitud. Desde su posición podía sentir el calor del torso desnudo de Changmin bajo el suyo.

- ¿Yunho? – la voz de Donghae a su espalda le hizo voltear con rapidez haciendo que su cuello sonara.
- ¡ah! – se quejó, regresando su cuello a su posición original para después reposarse en la clavícula de Changmin. Le había dolido como un demonio. - ¿qué rayos haces aquí? – preguntó con su rostro completamente oculto. Al no obtener respuesta, a regañadientes, volteó una vez más en esta ocasión con mayor cuidado.
- vaya…eh… - le vio rascarse la cabeza algo incómodo – iba camino a mi trabajo cuando vi las protecciones de la cafetería arriba y… es muy temprano para que abras… además, hay ropa regada por todo el lugar. Creí que algo había pasado. – Donghae se reclinó sobre el marco de la puerta y le sonrió. Yunho le devolvió el gesto sin darse cuenta. – así que… ¿ese es… ?- lo señaló con el dedo mientras alzaba un ceja.

Yunho miró a Changmin, quitó un mechón de pelo que tenía este último sobre su frente y entonces se paralizó. Changmin estaba bajo su cuerpo, desnudo, luciendo más sexy que nunca y Donghae lo miraba sin perderse detalle. Además, él mismo estaba desnudo, mostrando su trasero a su mejor amigo sin hacer nada para evitarlo. Yunho no estaba seguro de lo que haría, en especial con las sabanas tan lejos del alcance de sus manos, pero no se arriesgaría a dejar que Donghae viera más parte de la piel de Changmin.

Volteó a ver a Donghae, había apartado la mirada las piernas de Changmin y ahora miraba su rostro, sin embargo, eso no aminoraba sus celos.

- no piensas largarte – dijo Yunho, mirando fijamente a Donghae, quién levantó sus cejas sorprendido por su tono de voz.
- pondré a calentar agua – soltó Donghae antes de alejarse.

Yunho suspiró, nunca pensó que podría ser tan celoso, se obligó a pensar que se debió solo a la situación, es decir, no todos los días tu mejor amigo ve a tu pareja semi-desnudo, mucho menos si es su primer encuentro. Miró como el rostro de Changmin se hundía un poco más en la almohada y sonrió, amaba ese ardor en su pecho que cada mañana le abrazaba al verle a su lado. Besó su mejilla y se levantó, no quería hacerlo, pero no tenía la intención de que Changmin conociera a Donghae, no ese día, no después de aquello.

- dejé tu pantalón en el baño de clientes – le dijo Donghae desde el mesón principal, al parecer, había cerrado todas las cortinas de metal y no tenía que preocuparse por ser visto desde la calle. - ¿café?
- si – respondió Yunho con una mano cubriendo su miembro mientras corría hacia el servicio de forma graciosa, tenía los pies descalzos y el piso estaba demasiado helado. Escuchó a Donghae reír y luego quejarse por haberse quemado con el agua. Yunho llamaba a eso “venganza divina”.

Masajeó su cuello mientras se miraba al espejo antes de ponerse el pantalón y salió a encontrarse con Donghae quién lo esperaba sentado frente el mesón principal junto a dos tazas de café.

- con razón ya no me llamas – comentó divertido Donghae apenas se dio cuenta de su presencia. – y yo preocupado porque siguieras deprimido o algo así.
- no volviste a venir… pensé que no te había gustado saber que me gustaba un hombre – admitió Yunho, sentándose frente a él. Donghae lo miró en silencio por unos segundos y luego sonrió.
- solo me tomaste por sorpresa. He estado muy ocupado con mi trabajo.
- ¿cómo ha estado Yoona? – preguntó Yunho, sintiendo como un peso desaparecía ante la respuesta de su amigo.
- bien, pero me ha reclamado todo este tiempo por qué no le llamas para mostrarle nuevos tipo de café.
- lo olvidé… - escuchó la puerta abrirse a sus espalda, sin embargo, ningún otro sonido llegó a su oído por lo que decidió ignorarlo, tal vez se había abierto sola. – me disculparé con ella más tarde. ¿No ha cambiado de número?
- no, odia tener que memorizar alguno nuevo. – Donghae sonrió como si estuviese recordando algo.

Su mirada vagó por la cafetería, la ropa de Changmin estaba repartida por todos lados en cambio la suya estaba tirada a un lado del mesón. Yunho suspiró antes de comenzar a recoger todo.

- ya era hora que recordaras que sigo aquí – dijo Changmin apenas Yunho entró en la habitación con su ropa en la mano. El aludido sonrió. - ¿quién está afuera?
- un amigo – respondió Yunho buscando el interruptor con su mano libre, desde tan lejos no lograba verlo bien. Cómo deseaba estar sobre su regazo de nuevo. – lo conozco desde hace algunos años.
- ¿cómo se llama? – notó como Changmin se acomoda en el colchón.
- Donghae.

Yunho cerró sus ojos cuando, sin querer, encendió la ampolleta principal y no la pequeña que había instalado contra la pared. No debió poner ambos interruptores juntos. Escuchó el reclamo de Changmin por no avisarle antes, nunca lo hacía, amaba escucharlo quejándose.

Abrió los ojos de a poco. Changmin tenía un brazo sobre sus ojos, podía ver solo la punta de su nariz y la mueca de disgusto en sus labios. Tenía todo su torso descubierto. La sábana solo cubría la pierna que siempre doblaba hacia arriba y caía sobre su entrepierna dejando ver el oblicuo izquierdo. Yunho odiaba que Changmin hiciera eso… existir.

Dejó caer la ropa al suelo o tal vez a la silla que estaba a su lado cuando entró, quién sabe. Changmin aún no había quitado su brazo de su rostro, pero Yunho pudo ver mientras avanzaba hacia él como su mueca se iba transformando en una sonrisa. Se arrojó sobre Changmin. Mordió su labio en un inútil intento de borrar su sonrisa.

- ¿qué crees que estás haciendo?
- no he hecho nada – respondió Changmin mientras acariciaba el cuello de Yunho, sabiendo de antemano que este era especialmente sensible en su cuello y solía apoyar su frente en su hombro. – tengo frío – soltó. Yunho se recostó aún más sobre él en un intento por calentarle.
- ¡Yunho! – su cuerpo se tensó, casi se había olvidado de Donghae. – Me iré si no dices nada – amenazó, y casi en el mismo instante que Yunho intentó levantarse Changmin lo sujeto del cuello con ambas manos.

Yunho miró fijamente los ojos de Changmin, parecían querer decirle algo que el dueño de estos no permitirían que su boca dijera. Los labios de Changmin tiritaron y solo bastó que Yunho los mirara para que dos segundos después sus propios labios se vieran presos por los de Changmin. En algún momento, la manos de Changmin abandonaron su cuello y se repartieron por su espalda, sus toques eran torpes, parecían querer hacer muchas cosas en muy poco tiempo. Yunho intentó alejarse para besar su mandíbula, sin embargo, cualquier intento de escape se vio frustrado por el otro. La lengua de Changmin lo distrajo cuando intentó adivinar el por qué.
  
- ¡bien! ¡me voy! – la voz molesta de Donghae llegó a su oído y luego el ruido de la puerta de la cafetería cerrándose, no fue un sonido estruendoso, en realidad Donghae no se había marchado molesto. Darse cuenta de esto último tranquilizó a Yunho.
- ¿qué hora es? – preguntó Changmin casi sin aire.
- no lo sé…
- voy a vestirme
- de acuerdo – Yunho se dejó caer a un lado del colchón. Él también debía prepararse para abrir la cafetería. Miró como Changmin se ponía el pantalón y salía de la habitación en dirección al baño. Vio su celular brillar a un lado de él. - ¿diga?
- ¿te soltaron ya? – preguntó Donghae riendo.
- ¿de qué hablas?
- ¿qué hizo para que no me respondieras?
-…- Yunho seguía sin entender.
- de acuerdo, yo adivinaré. – susurró al más que no se escuchó bien -… ¿te tapó la boca con la mano?
-…
- ¿los oídos?
- debo arreglarme.
- ¿te puso unas esposas?
- hablo enserio, ya perdí a la clientela que vino a desayunar.
- no fue mi culpa – replicó Donghae - ¿no te habrá golpeado verdad?
- te llamo más tarde – dijo Yunho viendo a Changmin entrar en la habitación en busca de su bolso. Apagó su celular segundos después.
- ¿quién era? – preguntó Changmin mientras abría su bolso.
- Donghae – contestó Yunho con simpleza. Changmin frunció el ceño mientras revolvía algunas cosas en su estuche.
- ¿no se fue recién?
- si, solo llamó para decir tonterías.
- no podré venir hoy – avisó Changmin. – el director invitó a todos los profesores a una cena en su casa. No puedo rechazarlo.
- está bien, supongo – Yunho hizo una mueca y estiró su brazo en dirección a Changmin quién ya había puesto el bolso alrededor de su cuello.  Yunho sonrió al sentir el calor en su mano, jaló a Changmin para que quedara a horcajadas sobre sus piernas. - ¿vendrás a desayunar?
- si.
- que tengas un buen día – dijo Yunho inclinándose para besarlo.- aunque ya llegas tarde…



Se acercaba el periodo de vacaciones y por lo general eso significaba una disminución en la cantidad de gente que visitaba la cafetería durante la semana, sin embargo, eso no estaba ocurriendo. Llevaba toda la tarde corriendo entremedio de las mesas, sus tobillos dolían y su concentración se había quebrado hace más de una hora. Puso el cartel de cerrado mientras contaba mentalmente la cantidad de personas que aún estaban sentadas a su alrededor.

Arrastró sus pies hasta el mesón principal, apoyó su cabeza en sus manos y esperó. Por suerte para él todos habían pagado y solo faltaba que se fueran. Yunho estaba apunto de jugar con su celular cuando un mensaje de Donghae llegó.

- “sigo molesto porque no me respondiste” – leyó para él y luego suspiró. Debía buscar nuevos amigos, algunos más normales.
- ¿puedes creerlo? – la voz de una chica cerca del ventanal llamó su atención. – ¡no quiso que fuera!
- tal vez estaba celoso – dijo su amiga, revolviendo su té.
- somos amigos, tuve más de cinco años para enamorarme de él antes de que llegara. – replicó molesta.
- bueno, no es un hombre tan seguro de si mismo como pensabas.
- supongo que no – la chica hizo un mueca graciosa y algo extraña que disfrazaba un sonrisa. - ¿qué hiciste ayer?

Yunho dejó de escuchar entonces; nunca había visto ni una pizca de celos en Changmin. Otro mensaje por parte de Donghae entró en su celular.

- “me lo dirás alguna vez, ¿verdad?”

Otro mensaje.

- “¿qué hizo para que evitaras hablar conmigo? Te conozco lo suficiente como para saber que si incluso querías que me fueras irías a despedirte.”

Una más.

- “el chico es celoso, ¿eh?”

Celoso.

¿Changmin?

Eso nunca.



Yunho sonrió mientras se volteaba hasta el hervidor y dejaba caer el agua dentro de la taza. Desde hace un par de días que se sentía mejor que nunca y estaba seguro que Changmin había notado su cambio, pero aún no se atrevía a preguntar.

- ¿cargado? – preguntó alzando la voz.
- por favor.

<piernas cortas, nada interesante ni por delante ni por atrás, su postura es horrible, pero ¿es bonita?>

- lo es – contestó en voz baja.
- ¿puedes ponerle crema? – la chica se inclinó aún más sobre el mesón; su holgado escote cedió.
- claro – no era la primera vez que una chica le coqueteaba, pero esta estaba siendo demasiado obvia y comenzaba a molestarle. Sin embargo, no podía negar que le gustaba lo que venía a continuación. Y pensar que antes no se había dado cuenta.

<¿no estarás perdiendo el toque? Estás muy lento.>

- ¿eso crees? – Yunho miró de reojo la mesa donde Changmin estaba. Sujetaba el diario con fuerzas mientras veía por el borde de este hacia donde él estaba, tenía una de sus cejas levantada y su labio superior estaba ligeramente curvado hacia arriba.
- ¿dijiste algo?
- estaba hablando con el chico sentado en la mesa junto a la ventana – respondió Yunho, apuntado con su dedo a Changmin quién se cubrió con el diario de inmediato.
- ¿hablando? ¿cómo? – inquirió ella, extrañada. Yunho movió un poco el cabello cerca de su oreja dejando ver un pequeño aparato.  –… ¿son amigos?
- algo así…
- no le pongas crema, me lo llevaré así.

<¿ves? Pierdes el toque.>

- en ese caso –Yunho colocó una cuchara desechable en el vaso –, aquí tiene el café y su vuelto. Gracias por venir.

Le echó un vistazo a Changmin. El diario descansaba ahora sobre la mesa, la taza de café estaba atrapada entre sus labios  y los ojos de este anticipaban un encuentro con los suyos. Changmin sonrió y separó la taza de su boca para después huir de su mirada. Yunho miró con el reflejó de Changmin en el ventanal, solía hacerlo a menudo; se mordía el labio inferior.

- sigo sin entender por qué lo hacen – comentó Donghae a su lado.

<Yunho>  dijo Changmin con voz grave. Podía sonar ridículo, pero habían ocasiones en los que escuchar la voz de este en su oído le ponía nervioso; otros en los que tenía un efecto relajante, como cuando la cafetería estaba repleta de gente y las voces de las personas agobiaban su cabeza, desde la gente que ya había ordenado y quería otro café, pasando por la gente que llegaba a preguntar por los precios, hasta las que rodeaban el mesón explicando lo que querían. De vez en vez, la ausencia de un ayudante le pasaba la cuenta. <, quiero otro café>

- ven a buscarlo – susurró – no hay mucha gente ahora.

<si me levanto alguien ocupará esta mesa>

- siempre puedes esperar en la habitación – dijo Yunho -… pero ya que no hay mucha gente ¿debería echar a Donghae para que te sientes aquí?
- ya entendí la indirecta – el aludido se levantó y después de golpear la cabeza de Yunho y se marchó, no sin antes sonreír en dirección al chico que apenas podía ocultar su ataque de risa a solo unos metros.
- si a eso llamas “indirecta”… – murmuró Yunho mientras le veía cruzar el umbral de la cafetería.

Changmin se levantó con sus cosas en la mano, caminó hasta el asiento detrás del mostrador y con toda naturalidad lo acercó tanto como pudo a donde él se encontraba y se sentó. Yunho cerró sus ojos al sentir las piernas de Changmin rozar las suyas, lo hacia a propósito y él lo sabía.

Le dio un vistazo a las personas que los rodeaban, no les miraban. Dejó caer su brazo derecho a un costado y su mano no tardó en ser atrapada entre las de Changmin, quien miraba hacia un lado mientras entrelazaba sus dedos delante de todos, pero a la vista de nadie. Afianzó el agarre al mismo tiempo que fingía contar el dinero de la caja. Quería abrazar, besar y morder cada parte del cuerpo de Changmin en ese momento.

- ¿te ayudo con eso? – le preguntó Changmin mientras rozaba con las yemas de sus dedos las monedas desparramadas sobre el mesón y comenzaba a ordenarlas en pequeños montoncitos a su alrededor. Yunho apretó que la mano de Changmin para evitar que se alejara y se limitó a ocupar su mano libre para ayudarle a acomodarlas. – solía ver de vez en cuando como sacabas cuentas – Yunho alzó las cejas – pensaba: “sería más fácil si separará en montos de diez.”
- podrías habérmelo comentado, soy pésimo en esto. – replicó con media sonrisa. No tuvo respuesta. – en una ocasión tuve que sacar la cuenta tres veces en un mismo día, me había equivocado al sumar, ¿puedes creerlo? – Changmin le miró y asintió con la cabeza. Yunho no supo si debía ofenderse o no; intentó soltar el agarre de sus manos, sin embargo, Changmin se lo impidió sujetándole de inmediato.
- creo que te vi ese día – dijo, mirando hacia un lado. Yunho intentó recordar la fecha en la que aquello había sucedido, y si su memoria no fallaba, había sido durante las primeras visitas de Changmin a la cafetería. – eres demasiado torpe para ser el dueño de un negocio. ¿cómo has sobrevivido por tanto tiempo solo?
- no lo sé. – Yunho sonrió. – suerte, supongo.
- en ese caso, tienes mucha suerte. – afirmó Changmin, terminando de alinear el último montón de monedas. Yunho lo observó unos segundos.
- mucha.
- ¿vas a cerrar? – preguntó Changmin, pero a Yunho le pareció más una petición. Le dedicó una corta mirada y asintió. Sus manos se separaron lentamente, como si sus dedos se hubiesen soldado entre ellos, casi dolió comenzar a moverlos otra vez.

Changmin colocó el cartel de “cerrado” y luego volvió al lado de Yunho para recoger su bolso y avisarle que iría a dejarlo a la habitación mientras le daba unos golpecitos en la espalda para después deslizar su mano por ella. Este último gesto Yunho lo conocía tanto, tenía muchos significados, generalmente, eran cosas que Changmin no se atrevía a decir en voz alta. Sin embargo, Yunho le había encontrado un significado universal, algo que siempre estaría ahí, un “volveré”, esa promesa tácita que Changmin le hacia casi a diario. Aquellos roces eran como los “te amo” de la gente normal, y ellos no eran normales.

Changmin regresó a los pocos minutos con su libreta y un lápiz en la mano. Yunho sentía la pierna de Changmin contra la suya cada tanto, curiosamente, ese tacto coincidía con la ida del lápiz de Changmin a su boca y luego se alejaba para regresar a escribir. No hablaban, no cuando Chanmin escribía y Yunho esperaba que todos se marcharan lo más pronto posible para que este volviera a centrar toda su atención sobre él una vez su periodo de inspiración se acabase.

Pensar que antes, meses atrás, la hora de cerrar llegaba tan rápido y ahora duraba eternidades enteras. Suspira, el reloj sigue avanzando a la velocidad de siempre.



La última persona salió de la cafetería a eso de las diez de la noche dejando sonar detrás de ella el colgante en la puerta.

- el de siempre – respondió Changmin con una sonrisa antes de que Yunho le preguntara qué café quería, su mirada no se despegó en ningún momento de su libreta.

Yunho sonrió el verlo tan concentrado, era increíble como sentía que mientras Changmin estuviera disfrutando de lo que hacía no le importaba ser ignorado. El amor era algo extraño. Yunho puso a hervir el agua y salió a bajar las protecciones sintiendo la intermitente mirada de Changmin sobre él.

- tendré vacaciones a mediados del próximo mes, ¿qué harás tú? – le preguntó Changmin apenas entró a la cafetería.
- nunca he cerrado por más de una semana – comentó, sirviendo mientras preparaba el café. Yunho pensó en preguntarle si quería hacer algo juntos, pero si lo hacía Changmin cambiaría de opinión, era mejor dejar que la conversación siguiera su curso.
- ¿aún piensas en pintar la cafetería?
- sí.
- ¿quieres que te ayude? – inquirió volteando a verle – puedo venir y solo tendrías que cerrar por un par de días. – Yunho caminó hacia él con las tazas en sus mano. - ¿qué dices?
- es una buena idea. Estuve dándole vueltas a si debía ampliar la habitación de atrás o no.
- me gusta como está. – dijo Changmin, mirándole por el borde de la taza antes de beber un poco. Yunho descartó la idea de inmediato, pero la verdad era que pasaba más noches en aquel colchón que en su propia cama. - creo que terminaré la historia mañana, solo necesito un poco de inspiración especial para el final y listo.
- ¿inspiración especial? – preguntó Yunho, viéndole dejar su taza y rodear la mesa hasta quedar frente a suyo. El café en sus manos atrapó la mirada de Changmin uno segundos y le sacó una mueca incómoda. Yunho no entendía por qué.

Después de dudar unos momentos el sonido de su taza contra la mesa de madera llegó al oído de ambos, entonces Yunho comprendió lo lenta que era su mente.

Changmin se inclinó hasta quedar a la altura de su rostro y le besó, logrando que olvidase que aún tenía la manija de la taza agarrada y voltease todo el líquido sobre la mesa, sin embargo, ninguno reaccionó. Podían escuchar como el líquido chocaba contra el suelo gota por gota, pero no importaba.

Yunho movió la silla para que todo su cuerpo quedara en dirección a Changmin y este se pudiera sentar a horcajadas sobre sus piernas sin interrumpir el beso o los besos, no recordaba haberse separado de los labios de Changmin en ningún movimiento hecho.

Podrían hacer eso para siempre.






Laberintos y Deducciones.

Quiero dedicar este libro a nadie más que a su inspirador, desearía que esa persona entendiera el sentido de mis palabras, pero debo ser realista así que daré un poco más de información. Es un chico amante del café. Un chico que probablemente termine haciendo que escriba muchas otras historias que tendrán más de un tomo para poder terminarlas. Como es el caso de este libro cuya historia creía terminada en “Asesinato en la cuarta calle”, un título horrible por lo demás, aunque creo que “Laberintos y Deducciones” no es mucho mejor.

Pd: Yunho, sí, es de ti de quién hablo.

Shim Changmin.

            






   Fin.







La verdad es que no quería terminar la historia pero, para mí, su encanto es la simpleza y la naturalidad de las cosas que van sucediendo y por esa razón decidí que lo mejor era acabarla y no forzar la trama. Espero que todas la disfrutasen leyendo tanto como yo lo hice escribiendo  "mi pequeña obra maestra" - así le digo yo -. Ansío leer comentarios aquí en el blog (para releerlos una y otra vez - no tengo vida xD- )


Nos leemos en otro fic.

Laura



6 comentarios:

  1. ame de principio a fin la historia fue maravilloso leer como iba transformandose su relacion de un barista y su cliente, amigos y amarse fue hermoso.

    Gracias por compartir es linda historia.

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  2. A veces cuando una historia me gusta mucho y no está terminada, suelo olvidarla, y justamente eso me paso con esta, pero fue algo bueno porque volví a leer cada unos de los párrafos que escribiste. La historia me dejo con un agradable sabor en la boca y puedo compararla con una rica taza de café americano, mi favorito, amargo cuando le das un primer sorbo, pero que te deja un sabor agradable en la boca que se mezcla con el dulce del azúcar, para que al final tengas una cálida sensación en el cuerpo y que al final siempre vuelves que querer más. Puede que la trama haya sido simple y sin grandes conflictos, pero no necesitaba de eso porque la vida de cada uno de los personajes me atrapo, sobre todo el modo en el que YunHo veía las cosas, simple a veces parece una palabra algo "incompleta", pero a veces es la palabra más maravillosa que puede existir. Espero poder pronto leer más de tus historias -de las que soy lectora :D- y sigue escribiendo como lo has hecho hasta ahora.

    P.D ¿Mencioné que me encantó la historia?
    P.D 2 El lemon fue tierno u//u
    P.D3 Es la tercera vez que intento que el comentario se envíe ;;
    Atte. DazedMik :3

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  3. Me encantó la historia de principio a fin!!!!!! Tan romántico!!! El lemon más tierno!!!! =3 y lo de la dedicatoria al final me llegó al kokoro * u *

    Gracias por escribirla y compartirla!!! -terminando su café- fue un placer leerlo!!!

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  4. me encanto tu historia y como plasmas las personalidades de yunho y max ... sus celos me parecieron tiernos y divertidos ... escribes muy bien espero nos compartas mas de tu trabajo, y si es Homin mucho mejor jejejeje

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  5. me encanto tu historia y como plasmas las personalidades de yunho y max ... sus celos me parecieron tiernos y divertidos ... escribes muy bien espero nos compartas mas de tu trabajo, y si es Homin mucho mejor jejejeje

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  6. Me encantó el fic. Ame la dedicatoria de Changmin en su libro para Yunho

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