Había
pasado cerca de cinco minutos desde que se acercó a mi. ¿quién se creía? Tenía
la intención de alejarlo, pero algo me llamó la atención. La forma en que me
abrazaba. Parecía que quería adentrarme en su cuerpo. Y entonces escuché un
sollozo. No quise moverme, prefería fingir que seguía durmiendo ha intentar
consolar a alguien. No sabia hacerlo. Sentí su espalda apegándose a la mía. No entendía que pasaba, hace unos
minutos él estaba bien.
Fingí
moverme entre sueños y tomé su mano. No sabía porque lo hacia, solo quería que
dejara de llorar. Y al parecer dio resultado. Él soltó un sonido de sorpresa y
luego rió un poco, pude sentir como secaba sus lagrimas con su otra mano, no
pretendía soltar la mía por lo que veía.
Me
acomodé nuevamente con intenciones de dormir, mañana le reprocharía el que se
hubiera quedado. Ahora no era un buen momento. Sólo espero que esta situación
no se repita, puedo sentir como mi estómago se mueve, y no quiero
complicaciones en mi vida, esta bien como esta. Aburrida, pero puedo controlarla
a mi antojo, no quiero que nadie tenga ese poder.
Él
intentó darme vuelta, pero no lo logró, porque si lo hacía con más fuerza
podría despertarme. Y yo… nuevamente hice algo que no quería, no concientemente
al menos. Me giré. Y apoye mi cabeza en su pecho. Superficialmente, al estar
frente a frente, sentí que pasaba una de sus manos por mi cintura. Se lo
permití sin más. Yo sabia que la tristeza llegaba en la noche, uno podía
evitarla durante todo el día, pero en el silencio de la noche es cuando todo vuelve
a ti de golpe. Yo lo vivía cada noche… y deseaba abrazar a alguien, pero nunca
he sido muy de piel con las personas.
Ese
contacto nos beneficiaria a los dos. Nos consolaría a los dos. Sólo esa noche,
yo no tendría pesadillas. Solo esa noche, tendría a alguien junto a mi.
-
Despierta – susurró alguien a mi oído y yo solo me revolví en la cama.
La
noche había sido fría y tenía que admitirlo, si no hubiera estado con él
probablemente no hubiera podido conciliar el sueño. Mi pequeño departamento
siempre fue muy helado y salvo por un cubre cama que tenía guardado ni siquiera
hubiera sobrevivido al invierno pasado. Pero esa persona me había transmitido
todo su calor corporal y dormí sin problema alguno.
-
oye, ya despierta – insistió, pero yo no quería levantarme. No ahora que estaba
tan cómodo.
-
mmm – reclamé tirando un manotazo
-
tienes que ir a la universidad – dijo comenzando a acariciar mi cabeza con
delicadeza
Así
menos quería levantarme.
-
no te puedo esperar toda la mañana Changmin – agregó poniendo un especial énfasis
en mi nombre – yo soy bastante puntual.
Eso
ya lo sabia, pero… ¿por qué no lo he echado todavía?... solo unos segundos más
siendo acariciado por él y lo echo, lo prometo.
-
vamos – susurró y luego soltó aire directamente en mi oreja. Un escalofrío me
recorrió el cuerpo y me vi en la obligación de despertar completamente.
- ¿qué crees que haces? –
reclamé molesto apartándome de inmediato de él. - ¿por qué no te has ido?
-
que aburrido eres – soltó con un puchero. ¿este chico en realidad era mayor que
yo? Su puchero me dice otra cosa ¿cómo es que nunca lo vi hacer eso? – arréglate
luego, te ayudare a bajar las escaleras
hasta la entrada, yo tendré que ir a otro lado, si te apuras llegarás a tiempo
a la universidad.
- ¿eh?
-
tengo que ir a justificarme por faltar a mi trabajo – explicó sobándose la
cabeza algo avergonzado.
-
mmm – no entendía porque me daba tantas explicaciones cuando ni siquiera se las
había pedido.
- avísame
cuando estés listo
-
de acuerdo – agradecí, después de todo, si necesitaba ayuda para bajar tal vez después
de consiga algo donde apoyarme bien.
Vi
como salía de la habitación completamente relajado. Por un segundo, sólo un
segundo, pensé que sería bastante
cómodo tenerlo vagando por el departamento a diario; verlo en pijamas o algo así.
- ¿estas
listo?
-
si
-
sube a mi espalda – sugirió agachándose
- ¿por
qué me ayudas tanto?
-
no lo sé, Changmin – respondió sonriendo alegremente, parecía contento por el
simple hecho de que yo de repente me interesara algo en él – siendo sincero no
lo sé.
-
mmm… eres mas raro de lo que pensaba – comenté
- ¿pensabas
en mi?
-
no realmente.
-
que cruel - dijo bajándome una vez
llegamos a la entrada – te veo en la universidad – agregó mientras miraba la
hora en su celular.
Luego
me acarició la cabeza como aquella vez bajo el árbol. Lo vi marcharse
corriendo, al parecer el haberme ayudado lo había metido en problemas aunque
claro, eso era solo una suposición de mi parte.
-
gracias por todo… ¿cómo se llama?
Maldición,
había pasado un día y una noche entera con él y ni siquiera conocía su nombre.
En fin, eso no importaba, no tenía intención de volver a hablarle.
Waaaa hermoso hermoso! >.< changmin siempre es una raro...porque no simplemente deja que el amor le llegue! jajajja
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