Días después estaba haciendo planes con mis amigos
de toda la vida que estudiaban en facultades cercanas sobre si íbamos al cine a
ver una película o solo juntarnos en la casa de alguien, era un tema al que yo
le daba gran importancia ya que no nos habíamos juntado en mucho tiempo debido
a teníamos que estudiar y yo comenzaba a extrañarles. Finalmente decidimos ir
al cine al día siguiente aprovechando que aquel sábado no teníamos nada que
hacer. Soy una persona bastante sentimental en ese sentido, mis amigos me
han hecho fuerte y hasta ahora no me he arrepentido de lo que hice o haría por
ellos.
Mientras me alejaba de la salida de la facultad
cierta persona me abordo, cierta persona que no tenía ganas de ver.
- adivina quien soy – dijo cuando cubrió mis ojos
mientra se paraba detrás de mi
- no quiero – respondí secamente
- eres la persona mas amargada que conozco,
seguramente por eso no tienes novia
YO soy el amargado… ¿y él acaso es muy simpático?
- ¿tu eres siempre tan cruel o solo conmigo?
- solo contigo, deberías sentirte alagado – dijo
mientras sonreía.
Para evitar comenzar una pelea como cada vez que
hablábamos decidí optar por el camino mas sano, irme a casa. Pensé que mi idea
había sido la correcta hasta que escuche pasos detrás de mi.
- dime que no piensas seguirme
- bueno – dijo con simpleza, aun que él continuaba
caminado a mi lado como si nada fuera de lo normal estuviera pasando y su
actitud estaba comenzando a desequilibrar mis nervios.
- ¿qué quieres? – pregunte algo cansado
- tengo hambre, tienes que prepararme mi cena.
- ¡¿por qué?! – exclame – vete a tu departamento y
come allí – sentía que la situación comenzaba a salirse de mis manos y lo peor
es que ya podía ver mi casa a lo lejos.
- me debes una, te salve en clase así que tendrás
que prepararme la cena hoy .
- no se cocinar – advertí mientras entraba a mi
casa
- pobre de mi – dijo fingiendo estar abatido
Una vez dentro de mi pequeña casa este repentino
invitado se dedicó a observar cada uno de los objetos a la vista, desde una
fotografía hasta una agenda telefónica.
Llenándome con preguntas como ¿quiénes son los
de la foto?, ¿vives solo?, ¿quién es Hyun Bin?, ¿dónde me siento?, ¿falta
mucho?.
Les describiré como es mi casa. Básicamente es un
piso sin divisiones con excepción del baño; el la cocina y la sala están
separados de la cocina por un simple mueble y estos a su vez están
separado de la cama por un pequeño desnivel.
Podía ver desde la cocina a Changmin recostado en
mi cama aparentemente dormido, él durmiendo y yo calentando la comida Me
quejaba en mi cabeza. Debía admitir que me sorprendía la rapidez con la
que se había dormido. Me acerqué a su rostro como aquella vez en la biblioteca.
Dedicándome a observar su cara de niño con detenimiento, lo aceptaba
Changmin era endemoniadamente atractivo, pero esa personalidad…
Al notar que no parecía tener la intención de
despertar me acomode a su lado durante unos minutos, estaba totalmente agotado,
ese día había sido realmente estresante.
Repentinamente y sin que lo viera venir se acerco a
mi cuerpo y delicadamente deposito mi cabeza en su pecho. Pensara que estoy
durmiendo supuse, y caí dormido casi al instante.
- …pare.. bebe… - escuche a cerca de mi oído -
¡hey! Son las cuatro de la mañana y yo aun no como.
- mmm – me queje, aun tenia bastante sueño.
- ¿sabes?, llevas una hora babeándome la polera.
- ¿por qué tengo que escuchar tus burlas apenas me
despierto? – pregunte mientras me secaba el resto de saliva de mi cara.
- no me estoy burlando – murmuro – solo lo comente.
- ¿quieres que caliente la cena? – mire el reloj –
mejor dicho el desayuno
- esta bien- respondió - ¿a dónde vamos a salir
hoy?
- yo tengo planeado salir con unos amigos al cine –
comenté
- no puedes ir
- ¡¿por qué ?!
- tienes que salir conmigo – afirmó
- estoy pagando mi deuda dándote de comer – lo mire
entrecerrando los ojos
- lo se, pero recuerda que me babeaste la polera –
dijo imitando mi gesto
-… de acuerdo, pero solo un ratito – suspire
derrotado, él solo sonrió de lado.
Ese chico tenía un extraño poder sobre mi y lo
odiaba, por hacer sentirme vació y al mismo tiempo completo cuando estoy junto
a él.
Seguimos conversando durante todo el desayuno,
ambos sentados en el sofá, nuestra platica se basaba principalmente en burlarse
el uno del otro, pero lo que realmente me llamo la atención fue el hecho de que
los dos parecíamos estar bastante cómodos con la presencia del otro.
Parecía que nos conocíamos hace años.
Fuimos a comer y descubrimos que teníamos muchas cosas
en común, partiendo por el amor hacia los buenos libros.
- ¿por qué te gustan los libros de misterios?
- por que son misteriosos – respondió riendo y note
como sus ojos se cerraban asimétricamente.
En ese momento cuando mi celular comenzó a sonar y
tuve un mal presentimiento.
- diga – conteste
- ¡¿dónde demonio estas?! – esa voz… ¡maldición!
Había olvidado llamar para avisarles que no iría.
- lo siento, se me presento algo y no pude ir –
escuche un suspiro desde el otro lado de la línea - lamento no haber avisado.
- esta bien, ¿fue algo malo? – preguntó BoA
- no, nada grave. Mañana te llamo para contarte con
detalles.
- bueno, trataremos de juntarnos el próximo fin de
semana
- gracias, y lo siento.
Termine la llamado con esa sensación de culpa por
no haber cumplido. Suspire. Era la primera vez en años que olvidaba algún
asunto en relación con ellos. Llevamos mas de diez años juntos y la verdad fue
que por diferentes razones en el pasado no cumplí con muchas de mis
promesas por lo que me había hecho jurar a mi mismo que aquello no se
repetiría, lo que obviamente no logre.
Después de unos momentos caminando en silencio
Changmin decidió invitarme a un pequeño, acogedor lugar. Tienes suerte de
que te invite, normalmente no suelo pagar las comidas ya que como me encanta
comer termino pagando una fortuna, comentó. Debo admitir que a pesar del
tono de broma que utilizo al hablar me sentí un poco ¿feliz?... tal vez un
poco.
- aquí tienen – anunció la mesera mientras colocaba
la orden sobre la mesa – cualquier cosa que necesiten no duden en llamarme.
- muchas gracias – sonrió Max cortésmente y luego
volteo a verme para alzar las cejas sorprendido – y yo que pensaba que era el
único que se emocionaba tanto a la hora de comer.
- ¿po..porqu.e. lo dic..ces? – pregunte mientras me
atragantaba con todas las cosas que tenía en la boca
- por eso – dijo y comenzó a reír. Al principio
encontré su risa bastante tierna, pero luego de un minuto me comenzó a
desesperar.
- ¿podrías para de reír?
- de acuerdo – respondió mientras se calmaba –
lamento haberte causado problemas – susurró
- no te preocupes por eso – sonreí – después de
todo puede haberme negado a salir contigo de todas formas.
¿por qué no me negué? Pensé en
aquel instante
Él agacho la cabeza por un momento para luego
dedicarme un sonrisa sincera. A pesar de que pocas cosas pueden llamar mi
atención, su sonrisa, me cautivo completamente. Dicen que una sonrisa significa
mucho. Enriquece a quien la recibe; sin empobrecer a quien la ofrece. Dura un
segundo pero su recuerdo, nunca se borra. Aun que en aquella ocasión aun
no estaba consiente de cuan atrayente podía ser.
Changmin se ofreció a llevarme a mi casa, sin darme
cuenta habíamos pasado todo el día juntos. Esa noche hacia mucho frío y esta
oscuro, además de apenas haber vehículos en las calles por lo que acepte su
oferta.
- ¿es enserio? – volteo mirándome confundido
- claro – asentí – es muy tarde y las calles están
muy solitarias
- bueno – sonrió - ¿dónde dormiré?
- en el sillón.
- ¿porque? - reclamo – yo quiero dormir en la
cama – dijo mientras se recostaba sobre esta – creo que es lo suficientemente
grande.
- no dormiré con un hombre – asegure – sal de mi
cama y ve a sillón –le ordené al tiempo que jalaba de su brazo intentando
inútilmente de sacarlo.
- ¿nunca has dormido con un hombre?
- … - me sonroje, eso era algo que él no tenía
porque conocer – solo levántate
Porque si lo había hecho, no sexo, pero si dormir.
- ya veo - dirigió su mirada al piso durante
unos segundo y luego sonrío – siempre hay una primera vez para todo.
Acto seguido, me tomo del brazo con el que
anteriormente lo jalaba y me hizo caer sobre él. Su cara quedo cerca de la mía,
lo suficiente para sentir su aliento cerca de mis labios.
- No te preocupes – dijo mirándome a los ojos –
solo dormiremos.
A pesar de que estábamos cansados decidimos ver
alguna película que estuvieran transmitiendo en televisión. El abrazaba
mientras yo apoyaba mi cabeza en su pecho, de vez en cuando nos acomodábamos y
aumentábamos la superficie de contacto. Me sorprendía demasiado esa sensación
de familiaridad en nuestro comportamiento. El no sentirme nervioso abrazándolo
de esa forma era algo que no esperaba, es mas, cada minuto me gustaba mas y a
él no parecía molestarle.
- ¿nos dormimos? – preguntó mientras se tallaba los
ojos como un niño pequeño
- duerme, yo iré a ponerme pijama – dije mientras
me dirigía al baño con la ropa de dormir y cerraba la puerta.
Era gracioso el hecho de que nunca antes me había
importado, pero ahora ese chico al otro lado de la puerta hacía que mi vida
como la conocí hasta ese entonces cambiara drásticamente, aunque no sabia a que
grado.
- ¿aun no duermes? – pregunte extrañado, se notaba
a leguas que pronto caería dormido. Me acomode a su lado, pero el modifico un
poco la situación al voltearse y rodearme por la cintura con sus largos brazos
para luego entrelazar nuestras piernas disimuladamente.
- buenas noches – dijo besando delicadamente mi
frente para luego dejarse caer en los brazos de Morfeo.
Yo por mi parte tarde un poco mas en dormir.
Después de su beso mi corazón había latir realmente rápido, lo podía
escuchar con claridad ¿qué demonios estaba pasándome?
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