Divorcio

Nuevamente habían llegado antes que sus abogados viéndose envueltos por segunda vez en ese incómodo ambiente que se formaba entre ellos desde hace un par de meses.

La relación entre Yunho y Changmin se había debilitado con el pasar de los años como le ocurre a casi todas las personas, el problema fue que ellos no supieron como lidiar con ello y no paso mucho tiempo para que decidieran separarse. Y ahora, se encontraban sentados uno frente al otro separados por una larga y ancha mesa color caoba, incapaces de mirarse directamente a los ojos por más de un segundo.

Pensar que un par de años antes no podían mirarse sin tocar, aunque fuera superficialmente, alguna parte de su cuerpo; en aquél entonces el simple roce de sus manos no era suficiente para estar tranquilo, el sabor de sus labios no los aburría, el calor de sus cuerpos no les quemaba; en aquél entonces todo era perfecto.

- lamento la demora – se disculpaba el abogado de Changmin mientras se sentaba junto a él – el tráfico está realmente pesado hoy – agregó abriendo su maletín – discúlpeme, señor Jung. -  dijo estirando su mano – al parecer su abogado también se ha retrasado-.

- eso parece – respondió el aludido, esbozando una cortés sonrisa. 

- señor Shim – dijo volteando a verlo – aquí están los papeles, por favor revíselos con calma.

- de acuerdo – se acomodo - ¿esto tomará mucho? – preguntó, luego de soltar un suspiro.

- no, ya que ambos están de acuerdo, sino fuera así podrían ser años de trámites engorrosos – comentó el abogado

- llamaré a mi abogado – anunció Yunho – supongo que todos queremos regresar luego a casa.

A paso rápido camino hasta el pasillo que se encontraba fuera de la oficina. A Yunho le gustaba pensar que todas las cosas pasaban por algo pero, aunque ya no se sintiera locamente enamorado de Changmin como antes, le dolía como habían terminado las cosas, él hubiera querido envejecer a su lado.

- maldición  Changmin, ¡admítelo de una vez! – le pidió Yunho mientras lo acorralaba contra la pared de aquél baño – sólo dilo, te prometo que nada malo va a pasar. Quiero saber de una vez por todas que demonios pasa entre nosotros - rogó completamente desesperado – dí que me amas, por favor.

- yo… yo… ¡maldición! –gritó Changmin – … no se supone que fuera así, yo debería salir con ella y lo sabes… - dijo sollozando – yo…

- no me importa lo que “debemos” hacer, lo único que me importa es lo que tu quieres.

- …yo te amo – dijo sin aliento pero fue suficiente – te amo ti…te amo – comenzó a repetir una y otra vez.

No había sido la confesión más romántica, ni el lugar más apropiado pero fue suficiente para ellos. Habían pasado por tantas cosas juntos.

- ¿por qué recuerdo eso ahora? – murmuró Yunho

- señor Jung, lamento el retraso – rápidamente volteó a verlo notando divertido lo sonrojado que estaba su recién llegado abogado, seguramente por correr para llegar junto a él – le prometo que no volverá a ocurrir.

- con un poco de suerte, no necesitaremos juntarnos nuevamente – le sonrió Yunho, en un intento por tranquilizarlo.

- haré lo posible para que así sea – correspondiendo al gesto mientras estiraba su mano para cerrar su promesa. Ese chico era realmente inocente para ser abogado.

- llámame Yunho, “señor” me hace sentir viejo – estrechó su mano amablemente – sólo tengo 27 años.

“Te amo”

Yunho deseó volver en el tiempo, sólo un par de años atrás, donde, tanto él como Changmin, eran felices antes cualquier gesto de amabilidad para con ellos. ¿qué ocurrió para que se amargaran tanto?

- ¿lo llamaste? – preguntaba Changmin, al tiempo que salía fuera de la oficina – veo que ya está aquí – dijo ahora apoyado en el marco de la puerta sin aparta la vista de la unión de sus manos -… ¿comenzamos?

- por supuesto – le respondió el abogado presente- siento la tardanza señor Jung, digo, señor Shim.

- no importa, entren por favor – reitero de la forma más política que encontró mientras se hacia a un lado permitiendo el ingreso.

- con permiso

- no te enojes con él – le dijo Yunho en voz baja – sólo fueron unos minutos – agregó con un tono que hace tiempo no ocupaba con él, sorprendiendo a ambos -… después de todo, tu abogado también llegó tarde.

- lo sé – suspiró – sólo quiero terminar luego con todo esto – explicó, acariciándose la sien con su mano izquierda.

Deliberadamente, Yunho observó su dedo anular notando como Changmin aún portaba su anillo de matrimonio, al igual que él. Se supone que desde el momento del quiebre sentimental lo primero que hacen las partes involucradas es desligarse de todo lo que te recuerde al  otro:¿por qué ellos no?

- ¿estás bien? – preguntó Changmin, antes su repentino silencio.

- todo bien – le respondió – yo también quiero terminar luego con todo esto – sintiendo repentinamente una puntada en la cabeza. Lo que lo llevó a preguntarse si Changmin se sentía igual que él en esos momentos: completamente perdido.

Si no fuera por el sonido de los papeles pasando de mano en mano la sala estaría en completo silencio, eso si no incluimos el golpeteo del lápiz de Changmin contra la mesa y el sonido de la suela del calzado de Yunho que hacían acto de presencia al unísono.

- ¿determinamos la separación de bienes? –preguntó el abogado de Changmin

- me parece bien – respondió su par – comencemos por los artículos más pequeños –sugirió

-estoy de acuerdo – comentó Changmin - ¿sólo serán los que están a nombre de ambos?

- por supuesto.

- comencemos – alentó Yunho, después de dedicarle una rápida mirada a la única persona que conocía desde hace años.

- muy bien, según este informe hay un set de relojes a nombre de ambos que fueron comprados en un joyería – decía el abogado de Yunho en voz alta.

“Feliz aniversario, Yunho”

La voz de Changmin llegó a su mente como un relámpago.

- les recuerdo que siempre está la opción de vender el o los objetos en cuestión y repartir el dinero en partes iguales – dijo uno de los abogados, recibiendo rápidamente una mirada seria de parte de Yunho y Changmin que lograron ponerlo nervioso, dificultándole un poco el tragar su propia saliva.   

- los relojes se echaron a perder hace un par de años – soltó Changmin, fijando su vista en la mesa – por un descuido de ambos… - dijo, sin poder ocultar un pequeña sonrisa al recordar cuando ambos se cayeron a la piscina y ambos golpearon sus relojes en el fondo de esta– aunque yo aún conservo el mío – murmuró

-… y yo.

- ¿entonces, cada uno se quedará con el suyo?

- si – respondieron al mismo tiempo.

- muy bien, también tenemos una consola de video juego. ¿alguno de ustedes tiene algún interés especial en ella?

Se que no es el regalo más común en estos casos, pero también se que por más que ames a Yunho no sobrevivirás sin uno de estos. Disfrútenlo en pareja.

Kyuhyun.

Pd: Feliz matrimonio.

- a Changmin le fascinan los videos juegos, no me importaría que él se lo quede – dijo en voz baja.

“Sólo una vez más, Changmin”

- puedes quedártelo.

- no, es mejor si te lo quedas tú.

- de acuerdo – aceptó sonriente. Habían tenido tantas discusiones similares a esa.   

- veamos: la radio.

-¡baja el volumen de la música! – gritó Changmin, abriendo la puerta de la habitación que compartían – quiero leer un poco y me duele la cabeza.

- lo siento – decía un sudoroso Yunho mientras caminaba hacia él – ocuparé los audífonos y mi celular. – dijo sacando ambos objetos de su pantalón. - ¿ves?

- de acuerdo, ¿cómo va la coreografía?

- bastante bien, más les vale a mis alumnos que lo hagan perfecto.

- lo harán, tienen un gran profesor después de todo – le animó Changmin, secando disimuladamente y sin asco alguno la brillante frente de Yunho con sus manos desnudas.

- gracias – sonrió ante el gesto – te dejaré leer tranquilo – besó su frente rápidamente. – mañana te irá bien, entre los dos, tú eres el más inteligente.

- eso no es muy difícil de lograr – se burló

- hoy te la dejaré pasar, pero mañana me las pagas Jung Changmin – advirtió mientras lo abrazaba y mordía suavemente el cuello de aludido.

- mas te vale.

- es de Yunho – habló Changmin – yo no la necesito.

- ¿esta usted de acuerdo?

- claro.

- entonces, prosigamos. – dijo el abogado volteando la página - ¿la colección de libros?

- es para Changmin, no suelo leer mucho - sólo mangas

- Bleach y One Peace– recordó su, aún legal, pareja.

- ¿entonces los libros son del joven Changmin y los mangas le pertenecen a usted?

- exacto, con la excepción de One Peace. – recalcó, provocando que Changmin volteará a verlo sorprendido, sin embargo no habló.

- entiendo. – su abogado escribía rápidamente sobre su cuaderno. – el refrigerador.

- es de Changmin, sin duda alguna – respondió Yunho, sin poder contener su sonrisa.

- ¿qué haces a está hora? – le preguntó un no muy despierto Yunho, a la parte visible de Changmin que sobresalía fuera del refrigerador.

- t-ere-jkasf hamjkhsjbre – respondió, después de saltar y chocar contra una de las repisas del congelador luego de escuchar su voz, volteando a verlo igual que un niño que es pillado haciendo travesuras.

- ¿qué?

- tenía hambre – Yunho se rascó el cabello mientras bostezaba. Paso por al lado de Changmin quién lo miraba intrigado, tomó unas cuantas cosas entre ellas un posillo grande donde más tarde colocó un poco de cada cosas que Changmin tenía en su boca.

- come en la cama – decía mientras comenzaba a jalarlo de la mano – aquí hace mucho frío.

- esta bien – respondió, dejándose arrastrar.

- estoy de acuerdo – dijo Changmin, mirando hacia el lado contrario a donde estaba Yunho con la cara completamente roja.

- muy bien – comentó, mirando extrañado a ambos, el abogado de Changmin. – ¿qué hay sobre el auto?

- ah… ah… maldición… ah

- te dije que sería una buena forma de estrenar el auto – le susurró Yunho al oído.

Los abogados presente se miraron confundido por el repentino sonrojo de ambos.

- ¿desean venderlo?- se atrevió a preguntar uno de ellos.

- no estoy muy seguro

- yo tampoco

- debiste aparcar cerca del departamento – se quejó Changmin, tratando de mantener sus ojos abierto.

- nos abrían visto, lo mejor era estar lejos de la gente – respondió apenas Yunho – creo que será nuestra primera noche durmiendo en un auto, nuestro auto.

- buenas noches – dijo acomodándose en el pecho de su compañero.

- buenas noches – veía divertido como Changmin no parecía encontrar una posición cómoda para dormir.

- Yunho

- ¿qué?

- tengo las piernas muy largas – gimoteó Changmin, haciendo un pequeño puchero que fue rápidamente atrapado entre los labios de Yunho.

- creo que lo mejor es que me lo quede yo – dijo Yunho – Changmin no cae – murmuró. Sin embargo, Changmin alcanzó a escucharlo y bajo la cabeza, impidiéndole a Yunho ver su expresión gracias al flequillo que caía sobre sus ojos.

- ¿no tiene ninguna inconveniencia, señor Shim? – le preguntó su abogado. Él sólo respondió negativamente con un movimiento de cabeza. - por último tenemos: el departamento.

- ¿desean venderlo? – preguntó el abogado de Yunho

- yo no tengo planes de hacerlo – respondió, sin despegar su mirada de Changmin quién volvía a levantar la mirada.

- tú comienza a pintar esa pared – le señaló Changmin – blanca se vería bien.

- ¿tú que harás?

- veré si alcanzo a pintar lo que queda del balcón antes de que oscurezca. – dijo comenzando a caminar hacia fuera de la casa.

- Changmin – le llamó – tiene pintura en tu mejilla

- ¿donde? – preguntó, tratando de quitarse la pintura con el brazo. Pero sólo logró pintarse completamente el rostro.

- ahora, en todo tu rostro – Changmin bufó hastiado – ven aquí – le pidió, tomando el pequeño paño a su lado – te pareces a blanca nieves – se burló

- tú también

- yo no soy el que tengo pintura en la cara

- ¿y ahora? – preguntó, pasándole la brocha que tenía en su mano con aún poco de pintura por toda la cara.

- creo que Yunho puede quedárselo, yo me iré a vivir con un amigo durante un tiempo.

- ¿un amigo?- inquirió Yunho, levantado una ceja.

- Kyuhyun

- ya veo.

- como al parecer estamos de acuerdo, sólo deben firmar este acuerdo y ya en la próxima reunión se firmará el divorcio, a partir de ese momento, por ley, pueden volver a contraer matrimonio al día siguiente si quieren. – explicaba el abogado. Completamente ajeno al encuentro de miradas indecisas frente a él.

 Y es en ese momento, viendo que el final de su historia está tan cerca, se preguntan: ¿qué falló? ¿qué hicieron mal? Por que ellos no estaban en ese lugar por una infidelidad, estafa o maltrato;  estaban allí porque su relación de pareja se debilitó.

- Changmin

- ¿qué pasa?

- me despidieron

No supieron como superar ciertas cosas.

- Yunho

- mmm

- ¿veamos una película?

- no quiero, tengo sueño y mañana haré un turno doble.

Dejaron de hablar.

- ¿dónde estabas?

- con Ky…

- prepárame algo de comer.

Changmin sabía que no podía culpar a Yunho por andar de mal humor. Tres años después de casarse lo despidieron de un día para otro, tuvo que conseguir un empleo que no le gustaba, donde pagaban la mitad de lo que antes ganaba teniendo que hacer turnos dobles para poder para la hipoteca del recientemente comprado departamento. En ocasiones hacia horas extras sólo para estar al día con cuentas de la universidad de Changmin a quién sólo le faltaba unos años para terminar. No pasó mucho tiempo para que dejaran de intimidar.

Yunho por su parte no se sentía realizado, había hecho que Changmin se casara con él, le había prometido una vida tranquila y feliz, pero tuvo que verlo tratando de no gastar tanto dinero incluso había comenzado a escribir con letra pequeña en los cuadernos de la universidad para no comprarlos tan seguido. Lo había visto andar cabizbajo por toda la casa mientras ordenaba o cocinaba, y con el tiempo había dejado de tratar de conversar con él, ya no le daba importancia.

El sonido de la puerta al cerrarse los hizo salirse de sus pensamientos, sus abogados habían dejado la sala camino a la notaria para hacer todo el trámite efectivo.

- una vez más – susurró Changmin, con voz temblorosa

- intentémoslo una vez  - dijo Yunho con la voz ahogada, con miedo, sintiendo como su pecho era contraído por un puño invisible.

Una lágrima recorrió la mejilla de Changmin al tiempo que exhalaba ahora mucho más tranquilo. Yunho rodeo la mesa lo más rápido que pudo, siendo impulsado por unas terribles ganas de tener a Changmin entre sus brazos que aparecieron en un abrir y cerrar de ojos.

- lo lamento –Changmin lloraba contra su cuello, mientras que lo aprisionaba fuertemente con sus manos.

- perdóname, todo es mi culpa.- repetía Yunho sin para en el oído de Changmin, y acariciaba el cabello de este. – Te amo.

- también Te amo, aún lo hago… yo intente, pero no pude dejar de hacerlo… - decía incapaz de mirarlo a los ojos. Changmin podía sentir como sus piernas tiritaban por la simple razón de no poder controlar todas las emociones que embargaban su cuerpo en ese momento. Pero entonces lo recordó – Yunho – dijo alarmado, mirándolo a los ojos. – los abogados.

Ambos se pusieron pálidos en un abrir y cerrar de ojos, el sudor frío comenzó a hacer acto de presencia en sus cuerpos y sus piernas comenzaron a flaquear.

Yunho miró a Changmin por unos segundos, le besó superficialmente en los labios y en un esfuerzo sobre humano echó a correr. Tal vez se arrepentirían después pero al menos lo habrían intentado. No esperó el ascensor se dirigió directamente a las escaleras. Casi cayó en un par de ocasiones pero eso no lo detuvo, tal vez era tonto correr por un simple papel, pero para ellos era importante.

Una vez fuera del edificio Yunho divisó a su joven abogado recogiendo un par de papeles que se habían caído desde su maleta.

- ¿señor Jung?

- ¿donde esta el otro abogado?

- camino a la notaria

- ¿por donde se fue? – preguntó nervioso

- por la siguiente calle a la derecha – le explicó extrañado

- gracias – se limitó a decir antes de comenzar a correr. Su respiración se hacia cada vez más dificultosa y sus piernas ya no daban más, después de todo ya no tenía diez y ocho años.

Para Yunho no fue difícil dar con el paradero del abogado de Changmin, ya que este era uno de los poco hombres que llevaba un terno blanco en pleno verano.

- ¿señor, que hace usted aquí?

- no nos divorciaremos – le explicó sin aliento.

- aún así no tenía por que venir corriendo – dijo – sólo debía llamarme por celular – le dejo ver, y Yunho no pudo evitar sentir más idiota que nunca.

- ¡Yunho! – escuchó los pasos y la voz de Changmin a lo lejos. Y, ahora más tranquilo, se dejó caer sobre el cemento – ¡Yunho! ¿estas bien?

- sólo debimos haberlo llamado por celular – dijo riendo

- en realidad, aunque lo llevara a la notaría si ustedes no firmaban el divorcio no era válido – mencionó el abogado, mirando como Changmin se arrodillaba junto a Yunho. – me alegro que se reconciliaran.

- se veía venir – agregó su par y ambos sonrieron.

Mientras tanto Yunho y Changmin se miraban entre risas avergonzadas. Fue entonces cuando Yunho volvió a notar aquél brillo característico en los ojos de Changmin y sin poder controlarse, lo beso delante de toda la gente. Algunos curiosos se detuvieron al verlos, otros hicieron un gesto de asco y un par de chicas los miraban sonrieron. ¿acaso eso importaba? Por supuesto que no. Lo único importante era la cálida sensación que invadía su pecho mientras se besaban, el tacto de su mano detrás de la oreja del otro, sólo eso.

- te extrañe – confesó Yunho, extrañaba a ese Changmin.

- y yo… - dijo juntando sus frentes.

- una vez más – susurraron al unísono.