¿Como habría sido?




- Changmin - murmuró un chico a un par de metros de él, no fue lo suficientemente alto como para que el aludido lo escuchara, pero por alguna razón este volteó encontrándose rápidamente con su mirada.
– papá, puedo ir a verlo los peluches – su pequeña hija le obligó a mirarla cortando  el contacto visual.
- claro, no te vayas muy lejos – dijo agachándose hasta llegar a su altura – cualquier cosa grita fuerte ¿de acuerdo? – estiro su dedo meñique para sellar aquella promesa.
- de acuerdo – rápidamente acarició el cabello de su hija y la dejó marchar. Él la amaba más que a casi toda las cosas ¿por qué “casi”? la razón es simple, hace un par de años hubo alguien a quien amo con todas sus fuerzas, alguien a quién no puede olvidar por completo, pero de todas formas aprendió a vivir sin él. Y esa persona estaba ahí, frente a él, aún mirándolo.

Caminó casi por inercia hacia él, no sabía si era lo correcto, pero una ganas irrefrenables de abrazarlo se había apoderado de su cuerpo y él no estaba lo suficientemente conciente como para evitarlo.

Había pasado noches enteras imaginando como ser vería, que vestía, entre muchas otras cosas, pero ahora que lo tenía frente a él podía afirmar sin temor a equivocarse que Changmin estaba exactamente igual que la última vez que lo vio. Su cabello llega a cubrir un poco sus orejas, sus ojos aún mantienen ese brillo infantil  y sus labios, estos siguen curvándose en una pequeña sonrisa cuando lo ve.

Sólo faltaban un par de pasos para poder revivir aquella sensación que tanto le gustaba: tener a Changmin entre sus brazos.

Tenían tantas cosas de las que hablar, pero ningún podía pronunciar palabras coherentes mas que las ya dichas. ¿Por donde comenzar? Era un pregunta difícil de responder. Habían pasado tantas cosas.

- ¿cómo has estado? – logró decir Yunho.
- ¿cómo has estado tú? – fue la respuesta de Changmin.
- entiendo – susurró, mientras estiraba su mano muy lentamente queriendo tocar la suave mejilla de el chico parado frente a él. Este cerró sus ojos dejando escapar su aliento lentamente.
- ¿sigues casado con ella?
- lo estoy, es una buena mujer.
- ¿la amas?
- me gustaría hacerlo – confesó viendo como Changmin abría los ojos con un brillo renovado - ¿tú la amas? – era su turno de preguntar.
- no, ni lo haré. Mucho menos ahora.
- tal vez sea egoísta pero, me alegro. – Changmin sonrió. - ¿tu padre esta contento ahora?
- lo está – respondió bajando la mirada – quería una nuera, la tiene; quería nietos, los tiene; quería una familia “normal”, la  tiene. – dijo sin poder ocultar su desconformidad - al parecer lo único que no estaba en sus planes era que su hijo fuera feliz. – agregó sujetando fuertemente la mano que Yunho tenía en su rostro.
- lo lamento – susurró su acompañante con un hilo de voz – pensé que ibas a estar bien, todo esto es mi culpa. No debí dejarte.
- “me casaré cuando sea capaz de proteger a la persona que amo” eso dijiste en la entrevista de tu matrimonio, me demoré un tiempo en entenderlo. Pero no debiste hacerlo, debiste haberme obligado a eligir.
- no pude, no pude hacerlo porque sabía que me elegirías. Pero cargarías con un peso en tu espalda que no te dejaría disfrutar nada por completo.
- ahora estoy con mi familia, pero no estoy ni siquiera cerca de ser feliz.
- lo lamento.
- no lo hagas.
- pero…
- lamentarlo sería como arrepentirse de que en algún momento te enamoraste de mi, y yo no lo hago, no me arrepiento. – los ojos de Changmin comenzaban a llenarse de lagrimas.

Era tan fácil para ellos olvidar que estaban en un centro comercial, que sus hijos estaban en algún lugar solos y que, en el caso de Changmin, su mujer no debía estar muy lejos. Y todo eso por recordar lo que había sucedido hace unos años.

- hazme elegir ahora – le rogó mirándolo fijamente a los ojos. Y Yunho se vio tentado a hacerlo.

Pero no era tan fácil.

- lo haría si sólo se tratara de los dos – susurró en su oído con la voz ahogada, lo abrazó lo más fuerte que sus músculos permitieron – tengo una hija – recordó, esa era su realidad ahora, la cruel realidad. Sin poder evitarlo las lágrimas comenzaron a mojar sus mejillas, su pecho se oprimió de tal forma que incluso se asustó, ¿No se suponía que las segundas veces las cosas duelen menos?.

1 comentario:

  1. oh! CRUEL! como pudiste separarlos de esa manera! ok no!
    Me gusto... lo se soy algo masoquista jajaja me encanta como escribes, y me encanto tu historia super romantica y super dolorosa! pero la amé!
    Gracias por compartirla!

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