Creciendo... junto a ti CAPITULO 18

Habíamos tomado el camino más largo hasta la pensión donde Yunho se hospedaba, los alrededores no eran muy concurridos y en un acto repentino mi acompañante sujetó mi mano, apresando mis dedos entre los suyos sin voltear a mirarme.

- gracias por ayudarme – dijo mirando hacia el frente, dando un pequeño apretón a mi cautiva mano – ahora Taemin no me regañara – bromeo

- ¿Taemin?

- mi compañero de habitación – explicó volteando a verme – pagamos a medias.

- entiendo – aclaré mi voz - ¿tiene dos camas en una sola habitación? – pregunté tratando de no verme muy interesado

- sólo cae una grande

- …

- ¿todo bien? – me pregunto dejando de caminar – te quedaste callado.

- si, sólo… todo bien – sonreí - ¿es aquí? – señale la enorme casa frente a nosotros

- si – me sonrió - es una pena que tenga que dejar de trabajar en la librería, como ves, sólo tenía que caminar un par de calles y me ahorra el trasporte, además podía leer libros a escondida – bromeó al final

Esa conversación me había hecho llamar a Minho camino a mi departamento en un intento por averiguar sobre algún trabajo cerca de la pensión o camino a la universidad, no tuve ningún resultado, mientras que las demás opciones tenía una paga que prácticamente no servía para nada.

Estaba exactamente a unos pasos de la entrada del edificio cuando, aún así entender completamente que haría, cambie el rumbo yendo hacia la librería que había visitado esa misma mañana.

- no le devolveré el empleo – me respondió tajantemente el dueño

- sólo le pido que lo reconsidere

- ¿quién eres tú?

- sólo un amigo, Yunho realmente necesita este empleo, por favor.

- fue irresponsable, por eso lo despedí – me explicó algo molesto – no insistas

- sólo una última oportunidad – roge – ¿qué hizo mal? Me aseguraré que no lo haga de nuevo.

- falto al trabajo en varias ocasiones argumentando que tenía que llevar a su novia al hospital – decía mientras ordenaba unos libros – algo de que se había herido el pie o algo así.

Un momento.

- ¿al hospital?

- así es – asintió molesto – después de eso comenzó a faltar frecuentemente, y él siempre trabajaba antes, ni siquiera se tomaba las vacaciones. Esa chica lo volvió loco.

Fue mi culpa que lo despidieran.   

- ellos terminaron – dije serio – Yunho volverá a ser el de antes, me aseguraré de que así sea – prometí y el hombre pareció dudar – sólo una oportunidad.

- de acuerdo – suspiró  - pero le descontare de su pago los días que faltó este mes – me advirtió – dile que vuelva mañana, el nuevo no puedo con esto sólo.

- muchas gracias – le dije haciendo un reverencia.

- ¡hey! – me llamó estando a dos pasos de la salida - ¿a que viene tanto esfuerzo por que lo re-contratara?

- somos amigos – mentí – eso es suficiente.

- entiendo.

Para mi eso no era suficiente, ser amigos no era suficiente para que yo hiciera algo como eso. Hace un par de semanas no lo habría hecho ni siquiera por mis amigos, aunque nosotros no nos contamos nuestros problemas más graves, tenemos un relación bastante trivial en ese sentido. Pero con Yunho tenía la necesidad de ayudarlo, de que él estuviera tranquilo, de que sonriera como yo tanto amaba y odiaba al mismo tiempo.

- ¿qué haces?

- estoy en mi sillón – conteste sujetando mi celular con la mano mientras trataba de cambiar el canal de la televisión con la otra - ¿por qué me llamas a esta hora?

- quería llamarte – respondió con simpleza - ¿necesito una razón? Además estas viendo televisión y mañana hay clases desde temprano.

- no podía dormir – suspire al notar como apenas apretaba bien los números con mi mano izquierda y después de soltar un bufido cambie de mano el control remoto – maldición

- ¿qué pasa?

- mi control remoto necesita nuevas pilas, ya no funciona.

- entonces apaga la televisión y habla conmigo un rato – sugirió – por cierto, mañana te pasaré a buscar.

- no quiero.

- lo haré, me di cuenta que es mejor no preguntarte y sólo hacer las cosas… al menos para las cosas románticas –  decía entretenido

- haz lo que quieras – dije sabiendo que si, yo no era bueno para esas cosas, pero no tenía planeado cambiar y menos de un día para el otro. Lo escuché reírse satisfecho y luego un largo bostezo – bueno tu veras lo romántico, pero yo veo lo practico y lo mejor es irnos a dormir ahora.

- de acuerdo, nos vemos mañana.

- ¿tengo opción?

- claro que no.

Sonreí.

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